Crítica a 1917: un drama incalculable

Carlos Antolin 10 de Enero de 2020

Durante la Primera Guerra Mundial en 1917, a Schofield y Blake, se les encomienda una misión estrictamente imposible: deben entregar un mensaje, atravesando el territorio enemigo. Su objetivo será evitar a toda costa un violento ataque. Si no llegan a tiempo, 1.600 soldados perderán la vida, entre ellos el hermano de uno de los dos jóvenes soldados.

Abrimos el 2020 con una de los logros cinematográficos más impresionantes de este año. 1917 es el primer largometraje dirigido por Sam Mendes, desde que se alejó del universo de James Bond. Ha creado un drama de la Primera Guerra Mundial como nunca antes la habíamos visto, paralelamente horrible y hermoso. El director ha encontrado un enfoque original y diferente sobre un tema familiar, alejado de las películasWar Horse” oAll Quiet on the Western Front.

Los movimientos de la cámara son magistrales. La acertada elección de la toma única o plano secuencia, atraen la atención del público como si de un personaje más se tratase. Los horrores del campo de batalla son muy diferentes, y el movimiento aparentemente sin cortar es asombroso. Pese a ello, el ritmo de 1917 resulta acelerado, relajándose cuando la ocasión lo requiere moviéndose en un espacio ininterrumpido. A su favor los impresionantes escenarios naturales convirtiéndose en un terrible viaje emprendido por dos niños. El diseño visual de Mendes se retiene meticulosamente y no te dejará despegar los ojos de la pantalla compartiendo su ansiedad y traspasando la frontera de la proeza técnica.

1917 es la historia de una misión imposible llevada por dos actores con un arco muy distinto. Mckay es capaz de mostrar la perfección a través de la expresión corporal, desapareciendo los diálogos en beneficio de la acción. Por su parte, Chapman, interpreta a un personaje suave, intimidado por la misión y demasiado joven para ser alistado. Ambos van revelando continuamente información vital sobre los alrededores exponiéndose algo más allá de la misión.

1917 es ganadora de varios Globos de Oro, entre ellos a Mejor Película Dramática y con una narración asombrosamente audaz, se convierte en una grandiosa película con un peso emocional, una innovación técnica y unas imágenes que se grabarán en las retinas. Ofrece una visión diferente del conflicto y metiéndonos de lleno en sólo 120 minutos de metraje. Este film es un clásico de guerra moderno, en el que las náuseas y la euforia se compaginan con gran exquisitez consiguiendo un resultado más que notable.

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Carlos Antolin

Estudiante de Comunicación Audiovisual. Cinéfilo, apasionado del cine español y de las series de thriller. Tengo una página web donde podrás encontrar críticas semanales a series y películas, además de artículos relacionados con el cine. https://tucinecritico.com/

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