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La serie Sobrenatural (Supernatural) llega a su épico final y deja satisfechos a los fans después de 15 temporadas.
Es difícil terminar una serie y que los fans queden satisfechos pero Sobrenatural lo ha conseguido y después de 15 temporadas los hermanos Winchester han tenido el final que se merecen. A partir de aquí hay SPOILERS.
Los eventos más importantes para la humanidad pasaron en el penúltimo episodio de Sobrenatural donde Sam (Jared Padalecki) y Dean Winchester (Jensen Ackles) asistieron a una gran batalla. Ya que Chuck (Rob Benedict) empezó a destruir cada mundo que creaba con un chasquido de sus dedos al más puro estilo Thanos, pero por suerte Jack (Alexander Calvert) terminó absorbiendo todo el poder de Dios, gracias a esa pelea entre Michael (Jake Abel) y Lucifer (Mark Pellegrino). Con Jack asumiendo el papel de Dios, el mundo volvió a la normalidad y cada una de las personas que Chuck borró volvieron a ser las mismas.
Chuck se convirtió en lo que más despreciaba: un simple mortal. Rowena (Ruth Connell) se sacrificó por la grieta en el infierno solo para convertirse en la Reina de ese lugar. Castiel (Misha Collins) profesó su amor entre lágrimas a Dean antes de sacrificarse en El Vacío, mientras que Jack se desvaneció majestuosamente en cada parte de la existencia a su alrededor.
En los minutos finales del penúltimo episodio, vimos a Sam y Dean irse hacia el atardecer en Baby, su icónico Impala del 67, al que siguió un montaje de los mejores momentos del programa. Pero todavía quedaba un episodio más.
Así es el gran final de la serie.
El episodio final de Sobrenatural comenzó como si fuera uno más, ya que los hermanos Sam y Dean deben investigar un caso donde una pandilla de asesinos con máscaras asaltó una casa donde el marido murió, la mujer fue drenada con la lengua arrancada y los dos niños pequeños fueron secuestrados. Así que Sam y Dean volvieron a hacer lo que mejor saben hacer: luchar contra el mal.
Los asaltantes resultaron ser vampiros que habían estado secuestrando niños durante décadas solo para retenerlos, criarlos en cautiverio y alimentarlos bien con el objetivo final de exprimirlos. Así que empezó una dura batalla contra estos seres enmascarados. Los hermanos pudieron rescatar a los niños, pero la victoria tuvo un coste muy inesperado.
Ya que mientras Dean luchaba contra un vampiro consiguió matarlo a la vez que acaba empalado en una viga de madera. Sam llegó demasiado tarde. Dean le pidió a Sam que le deje ir y fue su final.
Aquí comienza el emotivo adiós.
Los Winchester compartieron un último adiós lleno de lágrimas con Dean confiándole a Sam que siempre se ha tratado de él todo este tiempo, confirmando de una vez por todas que el hermano menor de Winchester es el corazón de la serie Sobrenatural. Esto actuó como un catalizador para que Sam siguiera adelante con su vida y tratara de encontrar la felicidad que siempre había soñado.
Fue difícil para Sam seguir adelante, especialmente al principio, aún viviendo en el búnker de Los hombres de letras respondiendo a la llamada para luchar contra el mal, pero pudimos ver cómo Sam finalmente consiguió esa vida doméstica que siempre parecía fuera de su alcance.
La música de «Carry On My Wayward Son» empieza a sonar y podemos ver a Sam ser el padre de su hijo Dean y parece que la madre es Eileen (Shoshannah Stern).
Pero gracias a la intervención de Jack y Castiel, el cielo se ha convertido en un lugar de ensueño. A su llegada, Dean pudo compartir una cerveza con la figura paterna cascarrabias, Bobby.
El final de Sobrenatural nos muestra las imágenes de Sam criando a su hijo y un momento donde lo podemos ver de viejo muy emocionado en el Impala. Luego acaba en su lecho de muerte con su hijo a su lado. Como Dean hizo con su hermano hace tantos años, el hijo de Sam, le dio a su padre el visto bueno para dejarlo ir y seguir adelante. Y, por supuesto, los dos hermanos Winchester comparten un gran abrazo en la otra vida.
¿Os ha gustado el final de Sobrenatural? Dejándonos vuestros comentarios a continuación.
