Batman y Omega se enfrentan cara a cara en el nuevo pack de McFarlane Toys
Batman siempre ha sido uno de los héroes más populares del mundo, y el más conocido de DC Comics, motivo por el que sus figuras de acción y diferentes colecciones de estos pequeños tesoros de plástico se cuentan por docenas. Desde McFarlane Toys han dejado ver que esto lo tienen claro y son un buen montón de muñecos los que han ido comercializando con su efigie desde que tienen la licencia, dos más se unen a todos los anteriores.
Se trata de un pack de dos figuras de acción denominado «DC Multiverse Omega Vs. Batman Gold Label Exclusive», o sencillamente «Omega vs. Batman 2 Pack», lo que no deja lugar a dudas de que va a encontrarse el coleccionista. Lo primero es un Omega desenmascarado con el rostro furioso que pudo verse en el Otros Mundos Batman: El último caballero sobre la tierra (historia firmada por Scott Snyder y Greg Capullo). El otro combatiente es Batman según la apariencia que tenía entonces pero con un nuevo molde para la cabeza y una sangrante herida en el labio, que se le extiende por toda la barbilla.
Detalles, articulaciones y accesorios
Ambos muñecos tiene un tamaño aproximado de 18 centímetros (siete pulgadas, lo que da 17´78 centímetros) y el habitual nivel de trabajo y detalle que siempre tiene McFarlane Toys. Un total de 22 articulaciones y dos cards con la imagen de cada personaje por una cara y su biografía por detrás. Por supuesto ambas traen accesorios diferentes. Por el lado de Batman viene con un batarang y la pistola lanza garfios con la que puede trepar por los edificios. Por lo que se refiere a Omega trae un juego de manos extra pudiendo combinar así entre tenerlas abiertas o cerradas en puño.
Las dos figuras van dentro del mismo paquete, una caja de cartón totalmente cerrada que no deja ver el interior (algo que hace tiempo que Hasbro también ha decidido hacer), con las ilustraciones de ambos personajes ocupando toda la superficie. El que los muñecos no puedan verse tiene sus pros y sus contras, por un lado hace que la conservación del producto sea mejor y por el otro que hacerse con ello sea un poco una ruleta rusa (cualquiera que lleve un tiempo comprando figuras sabe que, en ocasiones, suceden desgracias en alguna parte del proceso).