Better Man se atreve a ser diferente, convirtiendo a su protagonista en un mono
Entre más de más miles de biopics sobre cantantes y músicos que han salido en los últimos años, Better Man se atreve a ser diferente, convirtiendo a su protagonista en un mono, y además de ello, presentar a un personaje perfectamente insoportable.
Robbie Williams es un personaje realmente infumable, es narcisista, estrionico y francamente muy pesado, pero si pides comida picante no te puedes quejar si no eres capaz de aguantar el calor. Toda su marca se basa en ser un personaje exuberante y como a el mismo le gusta definirse, “cheeky”, y esa es exactamente la realidad que Better Man captura y en el fondo es hasta divertido. Y a pesar de presentarle como un personaje muy pesado, también está muy humanizado a través de la manera tan peculiar que presenta su monólogo interno.
Aunque su personaje sea un mono, no se comporta como uno, sigue siendo una persona, con sus miedos e inseguridades. Durante la película sus pensamientos son manifestados de forma física y a través de su propia música que, gracias a su director, tiene una gran sensación de grandeza y de espectáculo visual, mezclando escenas que son tan potentes en el sentido visual como en el sentido narrativo.
Además de usar un diseño de personaje tan peculiar para una película basada en hechos reales, también utiliza bastante la metáfora en sus escenas, lo que la diferencia incluso más entre la marabunta de biopics. De hecho, apuesta tanto en la locura que una de sus escenas es realmente sorprendente y, de hecho, sorprendentemente violenta, pero aun así no pierde ni el espectáculo, ni su personalidad, ni su profundidad narrativa.
La historia de Better Man en realidad es la de siempre: un joven con grandes sueños y unas complicadas relaciones familiares llega al estrellato, pero como siempre caen en las drogas para luego resurgir, nada nuevo. La película se apoya mucho en la música y su potencia visual, además hay que mencionar que la historia sería muy aburrida su no fuera ilusionada con la personalidad y humor de Williams, que aunque es muy bueno, en el fondo no es más que una muleta para ayudar a la narrativa a andar un poco más lejos que lo que podría por sí sola.
Pero aun así sigue siendo una historia muy bonita, su transición de loco egoísta, atrapado por sus propias inseguridades a hombre maduro es satisfactoria y realmente preciosa, que la verdad, es que es muy probable que te deje algo lloroso.
Better Man llega en un momento crucial, es justo la película que puede marcar un antes y después en cómo se presenta la historia de un cantante. Es un claro ejemplo de que no hay que ceñirse al realismo para capturar la realidad de una persona. Se centra más en el viaje interno de la persona que en su propia vida, mientras consigue darle impacto a sus acciones físicas y mostrando su viaje a convertirse en quien siempre debió ser.
