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Reseña MARVEL Biblioteca Marvel Namor, el Hombre Submarino Tomo 3. El dilema del monarca

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En 1939, Bill Everett dio forma gráfica al príncipe de Atlantis en el mítico Marvel Comics #1, publicado entonces bajo la denominación editorial de Timely Comics, que luego fue Atlas y terminó convirtiéndose en Marvel. Panini Comics cubre de alfombras rojas el fondo del mar para el regreso del dibujante original del personaje.

Las tres preocupaciones de Namor

Cuando se accede al poder absoluto que otorga una monarquía con tintes de liderazgo incontestable se tiene que hacer frente a tres problemas que pueden desencadenar el derrocamiento del monarca. El primero de ellos bien podría ser la revuelta de tus Fuerzas Armadas, un poder que durante mucho tiempo ha supuesto una amenaza para multitud de gobernantes de la antigüedad y que en la actualidad también existe en países con gobiernos débiles y democracias emergentes.

Para Namor ese factor está representado por Krang, el que fuera su señor de la guerra, uno de sus principales militares. Pero no es el único que asusta, a pesar de haber estado desde el principio de la colección como una amenaza de lo más interesante.

El segundo problema lo genera la invasión por parte de una potencia exterior, una que quiere anexionar Atlantis a sus dominios. Attuma el bárbaro vendría a ser ese peligro a la integridad del gobierno vigente en los territorios bajo el gobierno de Namor. Si nos ceñimos a la historia de la humanidad aquí sufrimos una comparativa real entre la Roma clásica y Atila, el huno (no olvidemos que el nombre de Namor nace de leer al revés el término “roman” y uno de los momentos de zozobra del Imperio Romano tuvo lugar con la invasión de las huestes bárbaras). Así que ya solo nos queda hablar de la tercera posibilidad.

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El levantamiento de un pueblo

El hartazgo hacia ciertas políticas llevadas a cabo por un gobernante, o varios, puede tener como consecuencia un levantamiento de la población de una nación, normalmente siguiendo las palabras de un nuevo líder popular que surge en ese momento de necesidad. Para Namor ese rival surge de su propia familia, un primo que aprovecha para regalar los oídos de los súbditos de Atlantis acerca de la conveniencia de un cambio de rumbo, una búsqueda de la paz que lejos de suponer un cambio a mejor incluye introducir dentro de las puertas del reino a aquellos que se han investido como los mayores enemigos de los atlantes solo por sus ambiciones de poder y gloria.

El primo es un viejo conocido de la edad dorada, de aquellos cómics de la época Timely, Byrrah. Sus maquinaciones resultan ser de lo más cobardes pues no solo se acompañan de medias verdades, o mentiras directamente, sino que hace uso de un dispositivo de control mental que fortalece sus palabras para poner a la sociedad contra el príncipe vengador. Un Namor que no está del todo solo pues cuenta con sus fieles Lady Dorma y el Visir Vashti, cuya devoción por la figura del legítimo monarca les mantiene al margen de cualquier tipo de condicionamiento que se les pueda pretender imponer.

El relevo natural

Las tramas relatadas hasta ahora contaron con los guiones de Stan Lee, pero este ya empezaba a retirarse de sus labores como narrador para centrarse más en la edición, por lo que la siguiente aventura supuso el cambio de director de orquesta pasando la máquina de escribir a manos de Roy Thomas, que ya le había sustituido al mando de otras colecciones, Los Vengadores por poner un significativo ejemplo.

Thomas enfocará la historia más hacia la acción y con enemigos que provienen de la superficie, aunque amenacen la estabilidad del reino marino de Namor. En este tomo, como anunciábamos al principio de la reseña teníamos el regreso de Bill Everett a los lápices, el cocreador del Hombre Submarino casi treinta años antes. Una noticia importante que no empañaba la labor que hasta entonces había recaído en Gene Colan.

Pero Everett no fue el único ilustrador que paso por estos episodios, también Dan Adkins y Werner Roth van a tener la oportunidad de poner sus manos en el escurridizo atlante mientras se enfrenta a seres como Eso, el silencioso, Dragorr o aquel al que llaman El Saqueador. Un enfoque nuevo para dotar a Namor de un conjunto de enemigos que desafían su fuerza y determinación.

Unos comics que no dejan de mostrarnos que Atlantis es un paraíso con muchos peligros que afrontar, vulnerable a los avatares de su propia población y también a los que provienen de la intromisión de la superficie, el germen de la lucha contra la contaminación de los terrestres que más tarde enarbolará un concienciado Namor.

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