La serie Black Mirror merece mucho la pena.
Black Mirror es inteligente, trepidante y espectacular. Una de esas series que te hacen reflexionar. Hacemos un repaso de lo que significa.
Charlie Brooker es un genio de las relaciones humanas y tecnológicas. De su cabeza ha salido la irreverente “Black Mirror” o el espejo en el que uno no quiere mirarse por miedo a lo que pueda encontrar. Ahora vuelve a la carga con la segunda temporada. Una esperada y ansiada por muchísima gente que ha disfrutado con la primera.
En la anterior entrega nos ofreció tres relatos llenos de intriga en los que como es habitual, las nuevas tecnologías forman parte esencial de la vida de las personas. Repaso un poco los primeros episodios para que os pongáis en situación.
En el primer episodio nos contaba las desavenencias que tenía un ministro, al raptar a su mujer, y la prueba a la que se tenía que someter si quería volver a verla. Prueba que se grababa y se emitía en directo ante multitud de personas que si bien daba cierto reparo verlo, la gente no podía quitar la vista de la pantalla de televisión, de la del móvil, del ordenador o cualquier aparato que lo retransmitiera.
El segundo contaba la historia de dos personas encerradas en una especie de reality junto con muchas más en las que acumulaban dinero haciendo millas en bicicleta, como una prueba. Allí les veíamos comer, dormir, relacionarse (¿Os suena?) y llegado el momento tenían la posibilidad de una vez acumulado cierta cantidad de dinero, gastarlo en un billete para una audición. Sobra decir que retransmitida a lo largo de todo el mundo y visto por millones de personas, en forma de avatares y sometido por un jurado presente que lo único que anhela es un producto que vender. La cosa no acaba bien o al menos, nos da una importante lección moral.
El tercero nos mostraba la vida de una pareja, una familia normal que como parte de los adelantos tecnológicos llevan implantados unos chips que graban todas las cosas que ven. Pero lejos de los tópicos se nos presenta una pareja con crisis matrimonial, en el que una infidelidad puede devenir en cuestionarse si quieres guardar todas las cosas grabadas, o por el contrario es mejor enfrentarse a la realidad y verlo con tus propios ojos.
Momentos duros, llevados en cierta parte al extremo, pero que esconden una realidad abrumadora que podemos identificar en muchos casos en nuestro entorno. Ahora vuelve a la carga con los nuevos episodios en el que nos vamos a encontrar otras historias con el mismo nexo de unión.
La primera de ellas, que ya la tenéis disponible, está protagonizada por la guapa Hayley Atwell (Capitán América) y en ella nos cuenta la vida en pareja de los protagonistas al mudarse al campo. Una mañana, después de hacer la mudanza, el va a devolver la furgoneta que habían alquilado y ya no vuelve más.
Hasta aquí el relato común que podría ser el inicio de cualquier película. Es entonces cuando una amiga le recomienda un programa. Uno que recoge todo lo que él ha publicado en las redes sociales, fotos, videos, audios, y con ello crea una interfaz de el virtual. Así a través del móvil, poder escuchar su voz y conversar, cosa con la que al principio ella se muestra reticente pero el hecho de que este embarazada y que no se lo haya podido decir hace que siga adelante con ello. Entonces se establece una “relación” que aunque compleja e irreal, es totalmente entendible. Cualquiera desearía que la persona que se ha perdido regrese. Incluso compra un molde de cuerpo para hacer una especie de robot que se asemejará a él, igual que él, pero sin un matiz importante que le diferencia. Un alma. Algo interno que no se puede copiar, crear o modificar, y que le lleva a un desenlace irónico. Si lo veis entenderéis porqué.
Nos esperan otros dos episodios mas como mínimo, que estén ya disponibles, para poder disfrutar de estas historias del “Espejo negro”. Una de ellas con el fin del mundo como protagonista y el afán de la gente por grabar todo lo que vemos que sucede. En la promo de hecho lo podéis ver en adelanto.
Sinceramente creo que Black Mirror es de lo mejorcito que está dando la televisión actualmente, algo que provoque conciencia en la sociedad y quizá alguno/s nos veamos reflejados en las historias, en ese uso de las tecnologías que tanto hacemos hoy en día y que va a más. No en vano yo os escribo desde el ordenador. Quizá Charlie quiere que recuperemos en parte la esencia de las cosas, escribir en papel por ejemplo… o simplemente, nos lance un mensaje de advertencia. Esto es lo que nos puede pasar en el futuro, y no es tan lejano como creemos.
Tráiler de Black Mirror: