Black Panther: Wakanda forever, llega a los cines, y como todo proyecto de Marvel llegará con un montón de referencias a los cómics que la han inspirado
El 11 de noviembre la nación más prodigiosa del Universo cinematográfico de Marvel nos volverá a enseñar quiénes son con la llegada de Black Panther: Wakanda Forever a las salas de cine, el último estreno de Marvel Studios y la secuela de la exitosa Black Panther (2018), la primera adaptación cinematográfica marvelita en ser nominada a hasta siete Premios Oscar –incluido el de Mejor película–, de los cuales se hizo con tres estatuillas.
Esta segunda entrega tratará un duro tema: la pérdida de T’Challa, su héroe titular, tras el triste fallecimiento de Chadwick Boseman, el actor que le encarnaba. La calidez y emoción mostradas por Ryan Coogler, director y coguionista de ambas entregas. Y por el resto del reparto que regresa en esta segunda parte –encabezado por Angela Bassett, Lupita Nyong’o, Danai Gurira y Letitia Wright– sugiere la enorme sensibilidad y respeto con que se ha realizado este homenaje al rey caído. Además impulsará la aparición de nuevas figuras en el tablero de juego de Marvel Studios.
Conoceremos a Namor, el hombre submarino y príncipe de Atlantis interpretado por Tenoch Huerta, un personaje que se remonta en el tiempo a cuando Marvel aún no era Marvel, sino Timely Comics. Pero también nos presentarán a uno de los rostros más jóvenes de la editorial, Riri Williams, la joven prodigio que se alzó con el título de Ironheart y a la que dará vida Dominique Thorne.
UN LEGADO DE CELEBRACIÓN CULTURAL
Han pasado muchos años desde que Stan Lee y Jack Kirby nos llevasen por primera vez a Wakanda en Fantastic Four #52 USA, en verano de 1966. Servía como escenario de las aventuras de Pantera Negra. Su rey y protector, un héroe africano creado por Kirby y Lee ante la falta de personajes negros en los cómics de la época. Pero también representaba una nación rica y prodigiosa. Un tesoro oculto que, precisamente por haber permanecido como tal, había podido desarrollar su potencial libremente sin la intervención del colonialismo europeo. Una suerte de reflejo de cómo podría haber florecido la portentosa África si no hubiera sido sometida y corrompida por el hombre blanco.
El Afrofuturismo
Esa corriente cultural se denominó Afrofuturismo, y su desafío a la visión primermundista del continente negro fue también un elemento central a la adaptación cinematográfica del héroe y de su tierra de origen. Desde su avanzadísima tecnología hasta su mística espiritualidad y sus diseños de estética tribal. La riqueza de la herencia cultural que bañó los diseños de la cinta fue premiada con dos de los Premios Oscar con los que se hizo: a Mejor diseño de producción para Hannah Beachler y Jay Hart (siendo Beachler la primera persona afroamericana nominada al premio), y a Mejor diseño de vestuario para Ruth E. Carter.
LA CORONA DE WAKANDA
Diversas coronas, algunas literales y otras más metafóricas, pesarán sobre las cabezas de los protagonistas de Black Panther: Wakanda Forever… y las pistas de quiénes serán los portadores están en los cómics.
Namor regirá como rey no de Atlantis, sino de Talokan –como la mítica Tlālōcān azteca–. Ya que su presencia cinematográfica estará bañada en inspiración de las mitologías y culturas mesoamericanas. El personaje, creado por Bill Everett y debutante en Marvel Comics #1 USA en 1939, fue junto al Capitán América y la Antorcha Humana original parte del tridente de personajes de Timely Comics que precedieron, durante la Edad de Oro de los cómics, a la futura Era Marvel de los sesenta… para la cual regresaría en Fantastic Four #4 USA, en 1962.
Riri Williams, sin embargo, fue la heredera de un casco que bien podría servir de corona. Brian Michael Bendis y Mike Deodato Jr. la presentaron en Invincible Iron Man vol. 2, #7 USA en 2016, colección en la que la joven prodigio cautivaba la atención de Tony Stark al replicar una armadura suya con recursos mucho más modestos que los del genio, millonario, playboy, filántropo… para más adelante darse a conocer como Ironheart.
¿Y quién heredará el trono de Wakanda y el legado de Pantera Negra?
Si nos guiamos por los cómics, nuestras miradas se vuelcan en Shuri, la hermana pequeña de T’Challa que Reginald Hudlin y John Romita Jr. crearon en Black Panther vol. 4, #2 USA en 2005, una brillante princesa que ha hecho frente a enemigos como el Doctor Muerte, el propio Namor o, incluso, la guardia de Thanos antes siquiera de convertirse en Aja-Adanna, guardiana de la memoria de Wakanda.
PANTERA NEGRA
Pantera Negra, el primer superhéroe negro de la historia. Nació cuando el Universo Marvel apenas echaba a rodar: en 1966, en Fantastic Four #52 USA, la serie protagonizada por Los Cuatro Fantásticos.
La colección atravesaba una nueva edad dorada, y en los números inmediatamente anteriores se acababa de presentar nada menos que a los Inhumanos, a Galactus y a Estela Plateada. Elementos importantísimos de la facción cósmica de Marvel.
Pero la serie de La Primera Familia era un carrusel de ideas innovadoras de todo tipo y podemos imaginarnos las ganas de Stan Lee de incorporar diversidad racial a su elenco de superhéroes en plena época de la Contracultura… lo que Jack Kirby aprovechó para romper todos los esquemas y llenar la jungla y la sabana de extraordinaria tecnología futurista.
Porque T’Challa, el hombre tras la máscara, estaba dispuesto a romper muchos estereotipos.
T’Challa heredó una fortuna gracias a las explotaciones mineras de su familia en África. Sin embargo, también heredó el trono del reino ficticio de Wakanda. Y decidió ser un gobernante benévolo y que todos sus compatriotas se beneficiasen de los inmensos recursos naturales de su tierra. Especialmente de los yacimientos de vibránium, un material muy valioso y casi exclusivo de la zona. Así, su nación es uno de los lugares más prósperos del mundo y objetivo de multitud de ataques de piratas occidentales llenos de prejuicios raciales.
Aunque estaba muy lejos de la imagen del trabajador negro de clase media-baja de las urbes estadounidenses. Y aunque fuese sólo por su labor de visibilización y normalización racial. T’Challa representaba una revolución social. Y se convirtió en un símbolo de la lucha por los derechos civiles.
