Reseña de Carvalho. La soledad del manager

Javier García Abadillo 23 de Noviembre de 2019

Norma editorial nos trae a las estanterías la adaptación gráfica de la novela titulada Carvalho La soledad del manager, la tercera escrita por Vázquez Montalbán dedicada al famoso detective y publicada en el ya lejano  año 1977.

Como otros autores, Montalbán utilizaba la trama detectivesca para mostrar otras muchas cosas, desde el entorno social y su situación anímica (la muerte de Franco tuvo lugar en el 75), hasta  el convulso momento político de su época.

En una presentación de La soledad del manager que tuvo lugar en Madrid se llegó a decir que: “Le facilita al lector llegar al final de la obra, que se termina con ganas de comer. No con ganas de seguir leyendo, porque al ser una novela policíaca se acaba donde se tiene que acabar y nada más. Se termina con ganas de comer”, haciendo referencia a una de las pasiones tanto del autor como del protagonista, la buena mesa.

Y es que José Carvalho Larios, o mejor, Pepe Carvalho, no es un tipo cualquiera. Hijo de inmigrantes gallegos, vivieron en Cuba y Madrid antes de recalar, finalmente,  en Barcelona. Siendo estudiante coqueteó con el comunismo lo que le llevó a pasar unos meses en la cárcel. Trabajó en una universidad del Medio Oeste de Estados Unidos, y también como traductor para el Departamento de Estado. Se casó con Muriel que le abandonó en compañía de su hija de 9 meses. Ingresó en la CIA donde trabajó durante una década y, justo cuando estaba a punto de ser ascendido y trasladado a un país sudamericano, dimitió.

Sentimentalmente mantiene una relación intermitente y no exclusiva con Charo de profesión prostituta y, como dato anecdótico, apuntar que tiene por costumbre quemar sus libros más queridos en la chimenea. La explicación la da él mismo en la novela “Asesinato en el comité central”, todo terminó a principios de los 70 cuando se sorprendió a sí mismo “esclavo de una cultura que le había separado de la vida”.

Así es Carvalho.

En este cómic que nos ocupa, Migoya, se luce. Sabe utilizar el lenguaje del medio gráfico para resumir la obra sin que pierda ese aire de la época, tan diferente al actual, en el que España está despertando a la democracia y Cataluña se busca así misma.

Y Bartolomé Seguí es su cómplice en Carvalho La soledad del manager. Sus viñetas clásicas que no monótonas , su composición de páginas, todo ayuda a perfilar personajes y paisajes de forma magistral. No dan el cante, al contrario, sus lápices y colores saben adaptarse a la historia que nos están relatando.

Una buena forma de acercarse a Carvalho y a su forma de ver el mundo que le rodea, a los 70 sin el glamor de las series de televisión, a Montalbán y su obra, a los problemas de nuestra sociedad que vuelven una y otra vez, y a los autores, Migoya y Seguí, profesionales con una larga y solvente trayectoria que, otra vez, nos muestran su talento.

Javier García Abadillo

Nacido en el siglo pasado en una época sin globalización, sin internet y sin reseñas. Una televisión de dos canales a blanco y negro y una Marvel que llegó a mis manos a los 6 años sin color, pero que cambió todo. Desde entonces no he parado. Cada lectura, cada autor, cada editorial me ha traído hasta aquí disfrutando de cada momento. Y lo mejor está por llegar. Está claro, no pienso parar.

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