Nos despedimos de los chicos malos del instituto, de los marginados, de los populares, cerró Kings Dominion y finaliza Clase Letal
Última entrega de Clase letal, serie de Rick Remender y Wes Craig, un arco lleno de melancolía y recuerdos, de amigos y enemigos, y como es tradición en Clase Letal hay sangre, muertes y acción que desbordan las páginas. Las vivencias del instituto, de la calle y de una época tan conflictiva como los 80 han dejado paso a la actualidad, los años han pasado y el mundo ha cambiado. Marcus y su vida no son lo que esperaba, la vida es diferente una vez se vive. La colección que cada mes tradujo la angustia adolescente, el inconformismo y la desidia de la generación X llegó hasta el siglo XXI y cambió, pero no olvidó sus gritos por un mundo mejor.
Aquí finaliza el viaje. Uno de los mejores cómics en lo que llevamos de siglo XXI ha llegado a su fin. Y es un final que tiene su momento espectacular, sus explosiones y batallas, pero al final, es una historia de amigos, de juventud y de celebración. Después de muchos años de disfrutarla ahora faltará en nuestras listas de cómics imprescindibles, y vamos a echarla mucho de menos.
Es por derecho propio una de las series que más me han gustado a nivel personal. Violenta, macarra, hiperactiva, sensible, vacilona, melómana (si no hay una lista de spotify con las canciones que aparecen en la serie es porque alguien le falta visión) , rebelde, profunda, odiosa, reivindicativa, deprimente, oscura, divertida, brillante, inteligente, positiva… Es una vida.
Clase Letal es una serie que comienza centrándose en la época de mayores cambios, la adolescencia, pero que se alimenta de unas infancias complejas, a veces muy jodidas, otras menos, ya sean secundarios o principales los personajes tienen un rico mundo propio. Y como la vida va cambiando, evolucionando, añadiendo cada día nuevas cosas, pero lo que queda en el pasado sigue marcando quienes somos.
Yo he tenido la suerte de leerla mientras se desarrollaba y han sido años de esperar cada salida con ansia. Este recordatorio me hace pensar en que debería decir para los que no han leído Clase Letal. Es muy simple:
Porque es cojonuda, no se necesita más. Guión cojonudo. Dibujo cojonudo.
Todo empieza con la historia de un marginado adolescente de los 80 (uno de esos que son llamados generación X) que cae por suerte en una academia elitista en la que entrenan asesinos, líderes criminales y monstruos, vamos, un instituto normal con clases raras como venenos o armas de fuego. Se vendía como Harry Potter pero con asesinos y en chungo.
Ni se acerca. Es mucho más. Es una historia que representa los 80 sin cortapisas ni filtros, todo lo malo que tuvo te lo lanzan Remender y Craig a la cara para que veas que aunque le hayan echado perfume para venderlo, sigue siendo estiércol. La vida de mierda del instituto, con más peligros, pero con lo de siempre, bullying, amores, drogas, peleas, exámenes,risas y fiestas. Es todo lo bueno y malo de esos años tan jodidos.
Subimos un nivel y entramos en los criminales y sus bandas, como un juego de tronos con uzis y katanas. Eso complica todo. Y de paso deja secuencias de acción alucinantes donde Wes Craig se luce y demuestra que menos es más, su trazo sencillo y directo es mucho más potente e impactante que cualquier obra realista casi fotográfica. Pero lo importante sigue siendo la familia que se forma, el amor, la confianza, los lazos y cómo se forman y se destruyen o fortalecen.
Es una radiografía de una época que cada vez más vemos endulzada en series y películas. Y aquí no hay azúcar, hay sal y vinagre en las heridas. Los verdaderos 80, jodidos, llenos de drogas y violencia, políticos de mierda y con un futuro que olía a negro mientras la juventud moría. También es un fresco de la música, el pensamiento, lo que era la generación X.
Es como el libro de Douglas Coupland pero está metido de anfetaminas y crack mientras maneja una motosierra. Hay realidad en Clase letal, y mucha, y no es bonita.Rick Remender y Wes Craig han creado una de las series más potentes que hemos visto, con balas, sangre, drogas, sexo, amor, amistad, música, pensamiento contracorriente y con un sabor a joven recriminando al mundo que le ha tocado un lugar de mierda. Es el documental The Decline of Western Civilization en versión cómic mezclado con una peli de acción de John Woo cuando estaba en Hong Kong (Better tomorrow, Hard boiled, The Killer) y contado como Aullido de Allen Ginsberg si le gustaran la acción extrema.
Es lo que querría haber leído con 16 años. Seguro que muchos que lean esto piensan que exagero, pero a los 16 yo era un tío raro, de esos que no eran populares, que hablaba mucho y no sabía tanto, que no las pasó mal, pero no vivió en Sensación de vivir o Sweet Valley. Clase Letal es un exorcismo contra ese demonio que está idealizando los 80.
Y si este viaje no es de por sí una pasada. Los autores deciden terminar toda la historia, saltando y saltando, dejando claro que la adolescencia es importante para saber quién eres y quien serás. Y nadie dice que la vida mejore al crecer. Cambia Y hay nuevas peleas que luchar, y momentos felices y grandes dolores, es vivir, es seguir peleando hasta el final.
Conclusión
Clase Letal es una de mis series favoritas y seguirá siéndolo. Es una obra que estará estancada en su tiempo, el presente, pero servirá de testimonio de que seguimos mirando atrás y poniendo de color de rosa épocas que no eran perfectas. Rick Remender y Wes Craig han parido un cómic que es arte, por lo que cuenta y por cómo se cuenta. Remender pone un montón de sensaciones y sentimientos y Craig lo convierte en un cómic poderoso en su imagen, rápido y violento, y a la vez cariñoso y lleno de sentimientos, es el grito de la Generación X en un presente que quiere robarle las cicatrices que le dejó la vida.