Coherencia es una palabra que a todos nos suena, que seguro que la hemos utilizado pero que sin duda, explicar su significado es al menos un poco complicado. La definición que se nos da es: La relación lógica entre dos cosas o entre las partes o elementos de algo de modo que no se produce contradicción ni oposición entre ellas. Y eso, dentro del contexto de la película que he visto, tiene su razón.
La película nos cuenta la historia, cámara en mano, de un grupo de amigos que deciden reunirse en casa de uno de ellos para celebrar una cena tranquila y amistosa entre todos ellos. De esta forma conocemos un poco más a los protagonistas, el dueño de la casa Mike (Nicholas Brendon) un actor venido a menos con problemas de alcohol, Lee (Lorene Scafaria) pareja de Mike y quizá la que menos aporta a la historia general, otra pareja formada por Beth (Elizabeth Gracen) y Hugh (Hugo Armstrong) quien guarda un pequeño secreto entre ellos, Amir (Alex Manugian) y Laurie (Lauren Maher) quienes vienen como pareja a pesar de que Laurie ya había salido con otro miembro del grupo de quien aún está enamorada, y la pareja protagonista, formada por Em (Emily Foxter) y Kevin (Maury Sterling), quienes aparentemente llevan una vida feliz pero que parece que no termina de encajar todo para serlo realmente. Todos ellos, reunidos en la casa de Mike, ríen y se divierten mientras cuentan anécdotas pasadas, una de ellas la detonante de la historia. Em, empieza a contar una historia que leyó y que le pareció muy extraña. Fue en Finlandia, en 1923, durante el paso de un cometa que hizo que los habitantes de un pueblo quedaran completamente desorientados, hasta el punto que una mujer llamó a la policía alertando de que el hombre que estaba en su casa no era su marido. Cuando los policías llegaron a su casa, no daban crédito ante tal argumento, y es que la mujer declaraba que era imposible que fuera su marido porque lo había matado ella el día anterior.
La revelación de la historia se produce porque justo esa misma noche un cometa pasa por la órbita de la tierra y se empieza a especular la posibilidad de que algo así vuelva a suceder. Es entonces, al revelar ya la situación de los personajes y el escenario donde se desarrolla, cuando empieza el verdadero jugo del asunto. Los personajes se quedan sin luz tras un apagón repentino, y al salir a la calle para comprobar si las demás casas tienen luz, observan que hay una que si la tiene, así que deciden ir algunos de ellos hacía allí para pedir ayuda a quienes vivan allí, ya que los móviles han dejado de funcionar supuestamente como efecto del paso del meteorito. Es aquí, con este hecho, cuando “Coherence” entra en un juego con el espectador para, al igual que les pasa a los personajes, intentar descifrar el enigma que se nos plantea. No quiero hablar más porque sería descubrir muchos de los giros que tiene la película y creo sinceramente que merece la pena verla. Y me muerdo la lengua porque me encantaría elucubrar y teorizar con vosotros, pero es mejor que no lo haga.
“Coherence” ganó el año pasado el mejor guión en el festival de Sitges, además del festival de Portland, el Fantastic Fest o el festival de Boston, así que viene bien respaldada. Además, los actores están bastante bien dentro de los papeles que les ha tocado, sobretodo Nicholas Brendon, a quienes los fans de Buffy recordaremos como el mítico Xander, y que por momentos parece querernos recordar su vis cómica de aquel nostálgico personaje y Emily Foxter, quien por momentos sustenta todo el peso de la cinta, incluso, cuando está compartiendo plano con todos y ella no dice nada. De lo mejor que tiene la cinta junto a su guión, verdaderamente.
En ciertos momentos si he echado en falta un poco más de nitidez en las imágenes, al transcurrir de noche se me ha hecho difícil algunas escenas, y la moda de grabar películas al estilo “La bruja de Blair” creo que empieza a dejar de ser una opción para los cineastas, aquí hay momentos en que lo sufre, pero son detalles que aunque hay que tenerlos en cuenta, no disminuyen la buena sensación que ha dejado la película. Y era una opinión generalizada, comentándolo con otras personas han achacado casi lo mismo.
“Coherence” se mueve entre una paradoja espacio-temporal de intriga y un serial de misterio y ciencia ficción de los 80, todo ello mezclado con unos “¿Qué está pasando aquí?” junto a un “Esto es lo que pasa…a no, pues no es esto”. Por momentos divertida, por momentos te mantiene en suspenso y en otros momentos te llevas un pequeño susto (que se lo digan a los de delante mío, que lo han sufrido). Pero hay una acción que la puede definir: Aplausos. Hacía tiempo que no oía aplausos al acabar una película. No es fácil aunar a público e historia y que se establezca esa relación entre dos partes sin que se opongan y “Coherence” lo ha logrado y se los ha llevado esta noche, merecidos, en una sala a rebosar y con un público totalmente entregado al FANT y a las historias que nos cuentan.