Una de las mejores cosas que tienen los cómics de superhéroes es que la historia, como la función en el teatro, siempre debe continuar. Esto hace que personajes que llevan décadas vivos sigan creciendo, cambiando y evolucionando. Es algo estupendo, pero por otro lado también hace que a veces las lecturas se compliquen e incluso resulten agobiantes debido al hecho de que la continuidad siempre está en marcha y si te descuidas te deja atrás (algo que, hay que decirlo, cuando sucede es menos preocupante de lo que parece).
Por esto mismo se agradecen historias como Crisis Final en la que si bien hay visos de continuidad y referencias a la misma por aquí y por allá, no es preciso estar al tanto de ellas y puede leerse de forma bastante unitaria. Prueba de ello es que cuando uno se adentra en los dos tomos Pocket lanzados por ECC puede disfrutar de la misma sin tener que releer todo lo que sucedía en el momento de su publicación, claro está que también pesa el hecho de que el guionista sea Grant Morrison y eso siempre cuenta.
Grant Morrison, un escritor de talento
El escritor sabe manejar a los personajes a su antojo y de igual forma lo hace con el lector, lo lleva de la mano de un lado a otro sirviendo de guía en este particular descenso a los infiernos. Uno que encabeza Darkseid o más bien el intento de este de regresar de entre los muertos, si es que puede considerarse que los estados de vivo y difunto cuentan para él. Así a lo largo de las entregas el guionista se adentra en él y sus súbditos al igual que explora a los héroes que intentan salvar el mundo, con sus fortalezas y debilidades.
Por supuesto que la historia terminará bien, siempre es así en la eterna lucha entre el bien y el mal, pero eso no es óbice para no maravillarse con las láminas y trazos de dibujantes como J.G. Jones, Doug Mahnke o el muy tristemente fallecido Carlos Pacheco (al que seguimos llorando). Y al terminar, cuando estas páginas de Crisis Final lleguen a su fin podremos descansar tranquilos sabiendo que los héroes habrán ganado una vez más y que mientras tanto la continuidad sigue adelante para asegurarnos otros muchos ratos de buena lectura.
