Este próximo 19 de junio llega a nuestros cines la secuela de Inside out (Del revés, Intensamente), de Disney Pixar. Con nuevas emociones, nuevos problemas y la llegada de la pubertad… ¿Qué nos espera en esta secuela?
Riley ha crecido
Si durante la primera parte vimos a Riley crecer desde recién nacida hasta los 11 años, ahora acaba de cumplir 13 y aunque no parezca que muchas podrían variar en 2 años, creednos, porque si ocurre. Vemos como las emociones están tan sorprendidas como nosotros. ¿Es acaso ahora época de tener reacciones masivas ante pequeños problemas? Pues parece que si.
¿Quién no recuerda el inicio de su adolescencia? Seguramente recordais el caos que sentíais interiormente. Descubristeis cosas de vosotros mismos que no os gustaban, pero que os costaba cambiar… Los granos, la ropa que cada nada os quedaba pequeña, vuestros padres no os entendían. Era como estar solo en un mundo rodeado de gente que no os comprendía.
Pues exactamente eso es lo que se narra de la vida de Riley. Esta adolescente solo busca hacerse un hueco en el mundo, ser ella misma, pero… ¿Cómo es ella? ¿Es acaso buena persona? ¿Buena amiga? ¿Buena hija?
Si recordáis las islas de la personalidad de la primera película, han crecido (o menguado) y se han desarrollado para crear a la Riley adolescente que todos queremos y adoramos por ser una niña tan genial.
Pero realmente… Los adolescentes a veces pueden resultar agobiantes, insoportables, y por desgracia, Riley no es una excepción. Aunque claro, todos hemos sido críos de 13 años, asi que no la vamos a juzgar fuertemente por ello.
Nuevas emociones
En el primer teaser pudimos conocer a Ansiedad, una emoción hiperactiva que se describe a si misma como la que hace que Riley se preocupe por las cosas del futuro que podrían salir mal. Parece que eso nos suena a todos, ¿quién no tiene ansiedad en pleno siglo XXI? Si nos pasamos el día preocupados por todo.
También está envidia, una pequeña emoción que se dedica a analizar todo lo que tienen todas las personas que la rodean y a quererlo para Riley: un amigo, un color de pelo, una camiseta… Lo quiere todo. Es una emoción adorable pero cansina.
Luego tenemos a vergüenza. Es una emoción grandullona que se dedica a evitar que Riley se ponga en ridículo… O que continúe hablando cuando está metiendo la pata. Es adorable y muy achuchable. Os va a encantar.
Además tenemos a ennui, o aburrimiento, en francés. Se encarga de hacer a Riley interesante, ayudándola a encajar, y librándola de hacer cosas que probablemente acaben siendo aburridas. Lo interpreta una larguirucha emoción que se levanta una sola vez en toda la película, y que actúa como si el mundo fuera un lugar tedioso donde vivir. Es la emoción menos emocionante.
Y luego tenemos a una nueva incorporación que, aunque sale poco, es la cosa más tierna imaginable. Se trata de nostalgia, una abuelita que se dedica a rememorar momentos del pasado y hacernos querer volver a ellos. Pero como se indica en la película, Riley es todavía muy joven como para sentir nostalgia.
¿Por qué es Inside Out 2 una secuela perfecta?
Simplemente porque Pixar ha sabido coger lo mejor de la primera, repetir la fórmula, que le haya quedado una pedazo de historia y además , emocionarnos casi tanto con la primera. Se nota que han sido muchos años de trabajo (la primera película se estrenó en 2015), y que hay mucho mimo y cariño tras esta historia.
La van a poder disfrutar tanto niños, como adolescentes. Tanto adultos como ancianos. Es una historia para toda la familia. Y se os van a saltar algunas lagrimillas. No dudéis en echarle un ojo a esta pedazo de historia. Esperemos que os guste. ¡Nos leemos!