Este viernes llega a los cines españoles Jóvenes y Brujas: Nueva Hermandad, la inesperada secuela del clásico de terror de los 90.
Jóvenes y Brujas se estreno en 1996. La película dirigida por Andrew Fleming nos presentaba a cuatro chicas marginadas por razones individuales que descubren en la brujería una forma de acabar con sus problemas y estrechar lazos. Pero poco a poco van perdiendo el control de lo que están haciendo y la magia las va consumiendo hasta que parece ser demasiado tarde. Y aunque la película no llego a convencer a algunos se convirtió en un clásico de culto para otros tantos.
La película original no era perfecta pero si era sólida y auto concluyente. Finalmente, cada personaje consigue lo que se merece y terminan tomando caminos separados. Por esta razón pocos se esperaban el anuncio de una secuela y menos casi 25 años después. Aunque las comparaciones son odiosas, Jóvenes y Brujas: Nueva Hermandad no consigue igualar las expectativas que se tenían puestas. Aunque dirigida sobre todo al público más joven, esta versión del clásico de brujas presenta una historia bastante similar para los seguidores de la original.
Jóvenes y Brujas: Nueva Hermandad nos presenta a Lily (Cailee Spaeny) y a su madre Helen (Michelle Monaghan). Madre e hija se mudan de ciudad para vivir con la nueva pareja de Helen. Pero, nada más llegar a la nueva casa a Lily no le convencerá del todo Adam (David Duchovny) la nueva pareja de su madre y famoso gurú para hombres y sus hijos. Las cosas no parecerán mejorar cuando en su primer día de clase tenga una situación al más estilo Carrie después de que le baje la regla. Aunque para su suerte hará buenas migas con Frankie (Gideon Adlon), Tabby (Lovie Simone) y Lourdes (Zoey Luna). Un trío de brujas que busca a la última miembro de su aquelarre.
Para empezar, en la primera mitad de la película Jóvenes y Brujas: Nueva Hermandad replica casi en su totalidad el argumento de su predecesora. Como resultado esto hace que se borre la línea entre secuela y remake. Probablemente se nos presenta una película que estaba planteada como un reboot y que decidieron convertir en secuela a última hora. Pero este no es el único problema de la cinta y si la audiencia no ha visto la primera película no notará estos detalles.
Como novedad, la nueva Jóvenes y Brujas presentan muchos temas que probablemente resuenen con la audiencia joven más concienciada. Se exploran temas como la sexualidad, el consentimiento, la hermandad y la masculinidad tóxica. Además, la película presenta un elenco principal bastante diverso, en el que hay que destacar a la actriz transexual Zoey Luna. Es más, la identidad de género de su personaje se menciona en un par de ocasiones y no se siente para nada forzado.
Por su parte, es que la relación del grupo es uno de los puntos fuertes pero a la vez contradictorios. Sus reacciones a lo que van pasando son bastante realistas y muestran la emoción que cualquier joven experimentaría si consiguiese hacer que otra de sus amigas levite. Sin embargo, todo este trabajo para reforzar su amistad y la sororidad entre personajes parece que se olvida cuando es necesario para la trama dejar a la protagonista sola.
Todos estos temas interesantes que explorar son demasiados para los 90 minutos que dura la película. Como resultado, Jóvenes y Brujas: Nueva Hermandad acaba siendo superficial y no consigue ahondar en lo que sin duda es un planteamiento muy interesante. Como resultado, a la cinta parece faltarle una media hora más en la que poder mejorar el desarrollo de los personajes y el objetivo de la trama. A destacar un villano que aunque presente a lo largo del film cuando se revela su verdadera identidad no es para nada emocionante y el clímax pasa por desapercibido. Finalmente, sin duda uno de los momentos más memorables es el cameo sorpresa del final que hará que los más fanáticos de la película consigan perdonar el resto.
Jóvenes y Brujas: Nueva Hermandad se estrena en cines españoles el 30 de octubre.