Julien Hervé hace un respetable intento en Ooh La La!, escribiendo y dirigiendo la película, dándonos un resultado MUY francés, una comedia solidad pero no memorable.
Toda la temática de la película es Francia, los franceses y lo francés. La historia es literalmente de grandes patriotas franceses, orgullosos de su pura sangre francesa, teniendo una crisis existencial tras descubrir en un test genético que uno son tan franceses como al principio pensaban.
Aunque la mayoría de la película es de los protagonistas lidiando con sus nuevos orígenes, sea de forma positiva o autodestructiva, no es en verdad el punto fuerte. Aunque son peripecias entretenidas, no tienen el peso cómico ni el narrativo para compararse al primer acto. Desde el principio de la película hasta el primer punto de giro, ahí es donde está lo bueno de la película.
Es como una hora de teatro, seis personajes en una sola habitación hablando. Ahí es donde brilla los diálogos, la comedia y las personalidades de los personajes. Aquí es donde vemos a cada uno abriendo los sobres con sus pruebas genéticas, y está magníficamente escrita toda esta escena, los chistes, el ritmo y las actuaciones brillan más durante toda la peli que en este momento.
Y el que más brilla es el mítico Christian Clavier, que mantiene la misma energía que tenía cuando hacía de Astérix y aunque no tenga el bigote aún se le ve. De hecho, es tan claro que es el punto fuerte de la peli que parte del marketing es que él es parte de la película.
A pesar de tener un fuerte inicio, no mantiene el ritmo. Al empezar con una estructuro similar a la de una obra de teatro, crea una expectativa de que la mantendrá, y el giro de tono y de escenario lo gira totalmente, y aunque se entiende que es algo necesario y el desarrollo lógico de la historia, pierde el encanto del principio.
Es una pena porque se podría haber hecho de mejor manera, todo el segundo acto y el tercero se basa en los personajes peleando con su nueva descendencia y llegando a aceptarla. Pero la comedia no es del todo justa, aunque es verdad de que es un humor muy francés.
Y este es el verdadero problema de la película, es muy francesa. Toda la trama y comedia está basada en lo que es ser francés, de hecho es el tema principal de la película. Tristemente, esto la hace algo de difícil de ver, aunque la la película es graciosa y la trama es fácil de entender, da la sensación de que mucho se pierde en traducción.
Al ser tan francesa tiene el problema de que crea una barrera cultural que no es fácil de saltar, no es algo necesariamente malo, simplemente no somos el público objetivo de esta película. Es como un inglés viendo Ocho Apellidos Vascos, le podría resultar graciosa, pero perderá mucho de su peso y comedia por las diferencias culturales.
A pesar de esto, Ooh La La! sigue siendo una sólida película de comedia, a pesar de la gran diferencia cultural, el sentimiento de orgullo patriota podrá resonar en muchas personas, y aunque no sea una comedia perfecta, las risas te las vas a echar.