Respira es una película que irónicamente no te deja respirar, y aunque en realidad ese el punto de la película, de vez en cuando no es exactamente tan emocionante como podría haber sido.
La historia en sí no es tan diferente al resto del cine postapocalíptico, en un futuro no muy lejano el mundo cae en ruinas por la falta de algún recurso o cambio climatológico. En este caso es el oxígeno, que por algún motivo no explicado ha desaparecido, y aunque no expliquen por qué desapareció, no hace tanta falta, ya que la historia en sí va sobre la relación de madre a hija.
En sí la historia de Respira y el desarrollo de los personajes es bastante simple, pero la situación lo cambia todo, el mundo también es muy simple, pero en el mejor de los sentidos, no hay nada interesante, no hay colores ni vida, es un mundo vacío y las protagonistas están totalmente aisladas.
El escenario de Respira amplifica la historia, muy parecido a la serie de The Last Of Us, que es una historia de padre e hija en un escenario postapocalíptico, y al igual que en la serie entiende muy bien que ni los zombis ni las ciudades desiertas son el corazón de este tipo de historias, sino los personajes que se mueven por el mundo.
Una de las mejores partes de la película son las actuaciones de Milla Jovovich y Jennifer Hudson, que dan actuaciones muy buenas durante la duración de la película y su relación es intensa y conflictiva, sí que ayuda a mover la historia a través de los personajes.
Normalmente, esto es exactamente lo que marca un buen guion y aunque durante la mayoría de la película es así, al final se convierte en un error. Hay un personaje que desde el principio es bastante irritante, y aunque a primera vista parecía simplemente un personaje de alivio cómico mal escrito, resulta ser crucial para el desarrollo de la historia.
La primera característica que tiene que tener un personaje cómico es que tiene que hacer gracia, en este caso no la tiene, lo que hace su presentación muy irritante. Y a lo largo de Respira gana peso en la historia, pero no se ha ganado el respeto del público, así que no es alguien que queramos ver en escena, de hecho molesta.
Y lo peor es que fuerza la historia, es casi como si el guionista no supiera como acabarla y decide poner a un personaje que forzara el desarrollo sin pensar dos veces en él. Lo que es una pena para el actor que lo interpreta, Sam Worthington, el protagonista de AVATAR, que hace un trabajo decente, al menos teniendo en cuenta el material con el que tuvo que trabajar.
De verdad es casi trágico, tener actores con talento, una historia tan potente y un mundo tan fascinante solo para que todo se venga abajo por un personaje mal escrito. Los dos primeros actos son bastante buenos, pero el tercero hunde la película a mediocre. Lo mejor que puede salir de esta película es un buen ejemplo de qué no hacer para futuros cineastas.