Annabelle vuelve a casa se ha estrenado este fin de semana en la cartelera española, dirigida por Gary Dauberman
Los demonólogos Ed y Lorraine Warren (Patrick Wilson y Vera Farmiga) están decididos a evitar que Annabelle cause más estragos, así que llevan a la muñeca poseída a la sala de objetos en su casa. La colocan «a salvo» en una vitrina sagrada. Pero una terrorífica noche nada santa, Annabelle despierta a los espíritus malignos de la habitación que se fijan un nuevo objetivo: la hija de diez años de los Warren y sus amigas.
Esta tercera entrega comienza llevado a Annabelle a la casa, lo que provoca que toda la acción se concentre en una sola noche, lo cual acelera el ritmo de la película y genera tensión e impacto. La elección de usar planos largos para generar tensión es una acción más que acertada; aunque en muchos de esos planos, al final no ocurre nada. Están de relleno; lo cual enfría al espectador.
Gary Dauberman, director debutante, le da un aire slasher a la película, pero sin sangre ni la atmósfera necesaria, así que es un quiero y no puedo que deja que desear. Con lo cual tenemos un recital de sustos pequeños que no provocan ni un respingo. Promete muchos sustos, pero todos son de segunda categoría. Aunque la idea de presentar un conjunto de criaturas malignas dirigidos por la muñeca Annabelle me ha gustado mucho, no es una idea muy original, pero está bastante bien ejecutada.
Lo más destacable es que la película es igual que el resto, no está mal ejecutada, pero no deja de ser más de lo mismo que hemos visto en el Warrenverso.
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