Llega la adaptación animada del cómic de culto ‘Batman La broma asesina’ de Alan Moore de la mano del productor Bruce Timm
Batman La Broma Asesina, “He estado pensando últimamente, en ti y en mí. Sobre lo que nos va a pasar al final. Vamos a matarnos el uno al otro, ¿Verdad? Puede que tú me mates. Puede que yo te mate a ti, antes o después. Solo quería sentir que había intentado hablar las cosas y evitado que ocurran, por una vez.” Batman
‘Escuadrón Suicida’ no es la única película del universo DC que llega a las pantallas. Con una salida limitada en cines nos llega la adaptación de ‘Batman La Broma Asesina’, una de las historias más celebradas del murciélago y cómic de referencia para todo aficionado a los superhéroes, o a la fina línea que separa al héroe del villano.
Desde su publicación a finales de los ochenta, la obra de Alan Moore, ha significado uno de los pilares básicos en la historia de Batman ya que cuenta no solo el pasado del Joker, sino que cambia para siempre a Barbara Gordon, que hasta entonces había sido compañera de Batman en la lucha a pie de calle. Tim Burton, Heath Ledger o incluso el más reciente Jared Leto han utilizado La Broma Asesina como inspiración, y es muy probable que no dentro de mucho veamos en imagen real la escena más impactante del cómic. Es tanta su importancia que saber que se iba a realizar una película de animación con una calificación R dejó preocupados a los fans, porque últimamente las expectativas no suelen cumplirse.
Aun así, cualquiera que coja el cómic sin entender mucho sobre Batman pensará que se trata de una historia intranscendente con un final anticlimático y rematada por un chiste malo, pero explora conceptos muy profundos como la relación íntima entre Batman y el Joker.
Mientras el murciélago tiene muchísimos enemigos, todos sabemos que el payaso del crimen es el mayor de ellos, hasta llegar al tópico de que no pueden vivir el uno sin el otro. Moore muestra que en realidad son las dos caras de una misma moneda y que la diferencia reside en cómo afrontaron ellos el famoso “mal día” que se necesita para que la vida de alguien se tuerza para siempre. El Joker no tiene un gran plan para dominar el mundo o atracar los mayores bancos de Gotham. Simplemente, como bien escribió Christopher Nolan, quiere ver el mundo arder.
En esta ocasión se escapa de la cárcel y decide torturar al comisario Gordon para volverle completamente loco, buscando demostrar que cualquiera, incluso los más nobles y rectos, pueden ser víctimas de la locura. Para eso, el Joker irrumpe en el apartamento de la hija de Gordon y le dispara en el vientre dejándola paralizada para siempre. Muchos personajes sufren heridas graves o incluso mueren en los cómics, pero la parálisis de Barbara Gordon es tan sólida como la muerte de los padres de Bruce Wayne. El personaje jamás volverá a su estado original y servirá como un recordatorio de la violencia del Joker y de cómo todos los que rodean a Batman acaban sufriendo, exactamente igual que le ocurriría a Jason Todd.
En un viejo parque de atracciones, el Joker desnuda y tortura psicológicamente al comisario mostrándole fotografías de su hija siendo torturada y tal vez incluso sufriendo una violación. Esto nunca ha quedado confirmado, siendo otra de las muchas teorías que rodean a La Broma Asesina, pero encajaría muy bien con la idea del Joker de mostrarle a Gordon el infierno en la tierra. El problema es que a Alan Moore le pareció infame y acabó renegando del cómic que él mismo escribió tildándole de “demasiado oscuro y poco interesante”.
Paralelamente tenemos un flashback donde vemos cómo el Joker era un simple aspirante a comediante que tuvo que hacer un trabajo para un grupo de maleantes, y que acabó convertido en lo que conocemos hoy. Hay muchas versiones sobre su origen y ninguna puede ser considerada como definitiva, e incluso habrá quien piense que esta parte es muy floja para un personaje tan profundo y retorcido, pero lo interesante es ver cómo era una persona en apariencia normal y buena que simplemente sufrió un duro golpe del destino. Con esa idea, Batman y él resultan iguales, personas torturadas por un pasado trágico que reaccionaron a él limpiando las calles de criminales o sembrando el caos. Incluso, algunos creen que el plan del Joker busca que sientan comprensión por él, pues destrozando a Gordon demostraría que él no es un monstruo, sino un simple ser humano que también está sufriendo.
El problema tanto del cómic como la película de animación de ‘Batman La Broma Asesina ‘es que cada uno de estos elementos funciona mejor en solitario que en su conjunto. Y como se trata de una obra muy corta, en la película han tenido que introducir una media hora de prólogo centrado en Barbara para que comprendamos mejor quién es y qué papel representa en el mundo de Batman.
Hay mucha controversia por una escena de sexo entre el murciélago y ella que me parece absurda, y desde luego, parece que a gran parte del público le molesta mucho más un encuentro sexual consensuado que la agresión que sufre de manos del Joker más adelante. Y si no parece encajar del todo en la película es porque las críticas hubiesen sido aún más grandes si se hubiesen atrevido a alterar la estructura del cómic para introducir una trama completamente inventada. El resultado es estar viendo dos capítulos de una serie de televisión, uno prescindible y el otro, una copia plano por plano de la novela gráfica, y eso incluye tener que adaptar las famosas seis viñetas finales donde reside la leyenda negra del cómic.
Según Brian Bolland, uno de los ilustradores de ‘Batman La broma asesina’, en el momento de su publicación nadie se dio cuenta de lo que pasa en realidad en la escena final. Muestra cómo tras una inevitable pelea, Batman intenta detener ese círculo de violencia ofreciendo su ayuda al Joker, a lo que él responde riéndose y contando un chiste que no tiene mucha gracia, pero que resume muy bien su relación. Sí, el Joker admite que está loco, pero no tanto como para confiar en alguien que, en su opinión, puede estar incluso peor que él. Ambos están atrapados en una dinámica que no va a cambiar, y entonces se ríe. Pero no son las carcajadas maníacas del Joker que estamos acostumbrados a ver, más bien una risa triste a la que, para sorpresa del público, Batman también se une. Ambos se ríen, las viñetas enfocan el suelo…
Y según el dibujante, lo que estamos presenciando en ‘Batman La Broma Asesina’ es cómo el caballero oscuro finalmente mata al Joker estrangulándolo, porque vemos cómo se ríe apoyando las manos sobre los hombros del villano y la risa se corta de repente. Es un final muy abierto y discutido que no todo el mundo (ni siquiera Moore) comparte, pero llega un momento en que la idea original del creador se pierde cuando su obra pasa al público y éste la convierte en suya.
Todo esto complica aún más la historia, porque quienes han sufrido toda la locura y violencia del Joker son Barbara y el comisario, y ellos han sobrevivido mentalmente. Al final, Gordon le pide a Batman que le arreste “según las normas” para demostrarle que el procedimiento funciona. Si creemos que al final Batman simplemente se ríe mientras las luces de los coches de policía se acercan, sabemos que le detienen, le envían a Arkham y todo volverá a empezar tarde o temprano. Si lo mata, al final demuestra que el Joker tiene razón, Batman cruza la famosa línea que le prohíbe matar y sale de la dinámica convirtiéndose en un nuevo villano (aunque no comparto la idea de que él acabaría detenido si matase al Joker, ¿Quién lo iba a lamentar?).
El problema es que si su risa es sincera, queda demostrado también que está completamente loco y ha perdido la noción entre lo que está bien y mal, porque está compartiendo un momento con el tipo que ha lisiado y violado a su amiga y compañera, perdonándole por todo ello. Incluso se dice que las luces que se ven al final pertenecen a un camión o un tren que los atropella mientras se están riendo, cosa que no parece muy lógica porque están en medio de ninguna parte. La auténtica explicación es que la película intenta adaptar esa ambigüedad como puede y que lo que ocurre lo decide el público, que ha tenido tres décadas para comentar y destripar una obra que intenta decirnos que el caos se encuentra dentro de nosotros, y a solo un mal día de distancia.