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Críticas de cine

Crítica de ‘El poder del dinero’: ambición sin carisma.

La ambición conlleva riesgos en función del camino elegido, un aspecto retratado con insistencia en el cine. La competencia feroz, los robos y el espionaje industrial articulan ‘El poder del dinero’, ‘thriller’ que sustituye a los tiburones financieros de Wall Street por las empresas tecnológicas. Los tiempos cambian, el capitalismo y su falta de escrúpulos, no. La amoralidad del mundo de los negocios y su oscura seducción ya se han plasmado mejor en la pantalla, y ahí reside el principal problema de la película, en su acusado déficit de carisma. La propuesta entretiene, si bien deja frío al espectador con recorrido y parece destinada a moverse entre la indiferencia.

cartel de el poder del dinero
Cartel de El poder del dinero

La descripción del protagonista se guía por la rutina. Adam, criado en un entorno humilde, ansía el éxito profesional, pero es despedido tras presentar un proyecto, hecho que agrava sus dificultades económicas debido a que tiene que pagar el tratamiento médico de su padre enfermo. Acusado de fraude por su exjefe a raíz de que abusara de los gastos de empresa, para olvidar el asunto este le exige que consiga información secreta de la compañía de su eterno rival. ‘El poder del dinero’, adaptación de una novela de Joseph Finden, se desarrolla sin sorpresas y apenas transmite la tensión buscada, de forma que se produce un progresivo desapego respecto a la trama. Los vacíos del guión se manifiestan en ciertas licencias del relato y en frases que remarcan lo que ocurre a pesar de su carácter evidente, síntoma de torpeza narrativa.

El trabajo de Robert Luketic, director de comedias que regresa al ‘thriller’ después de ‘21 Black Jack’, resulta plano e impersonal, como reflejan por ejemplo las transiciones con planos aéreos de los edificios financieros. El filme se entona en el clímax, no exento de lectura moral en torno al proceso experimentado por Adam. ‘El poder del dinero’ podría haber explotado mejor la aterradora idea, diluida en la trama, de que los avances tecnológicos implican la falta de privacidad del usuario.

Liam Hemsworth, con menos cualidades interpretativas que su hermano Chris, está correcto, aunque su personaje requería más matices. La presencia de Gary Oldman y Harrison Ford, ya sea en papeles funcionales, anima el conjunto. Entre los secundarios figuran el veterano Richard Dreyfuss y Josh Holloway.

Lo mejor: la solvencia de Gary Oldman y Harrison Ford.

Lo peor: la indiferencia que deja en el espectador.

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