La nueva serie española de Netflix, titulada ‘Élite’, coge lo mejor de nuestra herencia televisiva y lo mezcla con el éxito de ‘Riverdale’ con un resultado prometedor.
No se puede no hablar de ‘Riverdale‘ si vamos a hablar de ‘Élite‘. La nueva serie de televisión española producida por Netflix y creada por Carlos Montero y Darío Madrona -también guionistas del show- llegará al catalogo de la plataforma streaming el próximo 5 de octubre, pero en Cinemascomics.com ya hemos tenido la suerte de verla y vamos a contaros SIN SPOILERS qué es lo que nos ha parecido y qué podéis esperar. Como decimos, ‘Élite‘ bebe directamente del éxito de ‘Riverdale‘, el cual ha provocado también en Netflix la inminente llegada de ‘Las escalofriantes de Sabrina‘ (estreno 26 de octubre). La serie española ha sabido recoger lo mejor de nuestra herencia televisiva en el plano adolescente (‘Física o Química‘, ‘El internado‘) y mezclarlo con una trama similar a la de la serie de Archie, Jughead, Betty, Verónica y compañía para lograr un resultado más que aceptable y prometedor que podría marcar un punto de inflexión en nuestra producción nacional.
Una historia de adolescentes que se va enriqueciendo con cada episodio y que es completamente adictiva para el espectador
El punto de partida de ‘Élite‘ es un instituto de barrio que ha sufrido un derrumbamiento y algunos de los estudiantes afectados reciben una beca para estudiar en Las Encinas, un colegio donde estudian los hijos de la élite (de ahí el nombre) y en el que los tres protagonistas de clase baja -además de los estudiantes de clase alta- deberán adaptarse al cambio que supone y al conflicto social de pertenecer a estratos tan marcadamente diferentes. Para más inri, Netflix apuesta por la diversidad absoluta para conseguir que la serie sea todavía más compleja en las relaciones personales. Pero ¿solamente se trata de ver cómo se adaptan los protagonistas a su nueva vida y cómo los «ricachones» aceptan o desprecian la llegada de estos tres jóvenes a su instituto? No, ni mucho menos.
Bastaría eso, como sucedía con ‘Física o Química‘ (simplemente era un instituto donde sucedían cosas), para hacer una serie de televisión, pero ‘Élite‘ apuesta por la fórmula ‘Riverdale‘ y el lenguaje narrativo de otras obras audiovisuales como ‘Atomic Blonde‘ y ‘Persona 5‘; esto es: narrar la historia a partir de las declaraciones oficiales de los protagonistas en el futuro recordando lo sucedido en el pasado. Pero ¿qué es lo ha sucedido? Muy simple: un asesinato. Este misterio no es el único que se queda pendiente por resolver durante toda la temporada y que mantiene al espectador atrapado en una serie adictiva a más no poder, sino que -como pasa en ‘Riverdale‘- los adultos también tienen una historia que jugar y, a menudo, esa historia está llena de sombras y dudas. Sombras y dudas que se van despejando y aclarando conforme avanza la trama. Y que la hacen más enrevesada y rica, por supuesto.
El joven reparto se esfuerza, pero no logra evitar que sus interpretaciones sean algo ortopédicas… A excepción de una Ester Expósito que podría soportar cualquier cosa y que supera escenas muy incómodas y complicadas con una profesionalidad soberbia
María Pedraza, Miguel Bernardeau, Itzan Escamilla, Álvaro Rico, Jaime Lorente, Miguel Herrán, Ester Expósito, Danna Paola, Arón Piper… Todos ellos están bien. No estamos hablando de las interpretaciones del siglo en la televisión (véase Matthew McConaughey en ‘True Detective‘ o Bryan Cranston en ‘Breaking Bad‘). Estamos hablando de actores jóvenes y prometedores, con potencial y voluntad, mucha voluntad. Eso se traslada a la pequeña pantalla en muchísimos momentos, pero, siendo honestos, a veces cuesta creer sus interpretaciones y resultan ligeramente ortopédicas (a excepción de Ester Expósito, con la que cerraré la crítica de ‘Élite‘ más adelante). No obstante, esa sinceridad en las formas y ese aparente miedo a las cámaras también podría ser resultado de la siempre compleja adolescencia. Porque, si no te gustan los productos adolescentes, ni ‘Riverdale‘ ni ‘Élite‘ son tus series. Netflix ha definido muy bien su target aquí. Los personajes, por tanto, no serán extremadamente profundos ni habrán vivido un turbio recorrido hasta aquí. Todo lo que les ha pasado ha sido o recientemente o durante la historia que nosotros observamos. Están creciendo con nosotros.
Por último, me gustaría añadir que la selección musical de la serie de Carlos Montero y Darío Madrona -selección musical, no piezas de Lucas Vidal– es soberbia y se adecua con lógica y a la perfección con la etapa que transitan los protagonistas. Por la serie aparecen canciones de C. Tangana, Rosalía, Juancho Marqués y Suite Soprano (¿creo?) y otros temas similares, éxitos del presente en nuestro país y algún que otro internacional. Además, para acabar, personalmente quería decirle a Ester Expósito que su trabajo en esta serie es soberbio. Tiene escenas muy complicadas que resuelve con el carácter propio de una actriz que lleva muchísimo recorrido y su sonrisa y su mirada son capaces de transmitir tantísima carga y peso emocionales que, ella sola, tendría el poder de soportar retos mucho más complejos. No voy a mentiros: yo le daba un proyecto en solitario. Así que, señores de Netflix… ¡Ya estáis tardando!
