Los minions regresan en ‘Gru 2. Mi villano favorito’
En ‘Gru 2. Mi villano favorito’ nuestro protagonista, se ha pasado al bando de los buenos para detener a un misterioso y anónimo malvado que amenaza con construir un temible ejército de monstruos violetas. Puede que haya cambiado de bando, pero Gru todavía no ha colgado su rayo congelante ni despedido a sus minions, más locos y catastróficos que nunca.
Universal vuelve a repetir la fórmula del éxito que le llevó a aupar a la primera entrega de Gru al top 10 de las películas de animación más taquilleras de la historia: un drama familiar bien engrasado con los destellos humorísticos que desprenden los minions, que siguen asemejándose peligrosamente a los Rabbids de Rayman. Como su predecesora, la ñoñería puede llegar a hartar al público adulto, pero sigue siendo algo perdonable tras hora y media de entretenimiento y buenos gags al más puro estilo ‘slapstick’.
Florentino Fernández continúa siendo una gran respuesta al doblaje ‘yankee’ encabezado por Steve Carrell, pero es su compañera de faenas, Patricia Conde, quien hará rechinar los dientes de más de uno con su horrible trabajo, pudiendo llegar a sacar de la película a más de un espectador. Parece que las productoras no aprenden y prefieren el rostro de un personaje conocido que la voz de alguno de los grandes dobladores que tenemos en este país.
En definitiva, Universal sigue sin llegar al nivel de Pixar, quizás sí al de Dreamworks, pero ofrece una decente comedia que encantará a los más pequeños, que adoran a los minions, entretendrá a sus padres y, desde luego, seguirá gustando a todos aquellos niños ya creciditos, como un servidor, que disfrutan con el mejor cine de animación. El hecho de no ser tan original como la primera puede perjudicarla, pero si algo funciona, ¿para qué cambiarlo? En el horizonte nos espera un ‘spin off’ protagonizado por los minions que, como hicieran los Rabbids con Rayman, han absorbido todo el protagonismo de su historia.
Lo mejor: algo a lo que no estamos muy acostumbrados; que una secuela mantenga la calidad de su predecesora.
Lo peor: Patricia Conde.
