Crítica de la película de ciencia ficción ‘Men in Black 3’.
En 1997, ‘Men in Black’ sedujo al público con un espectáculo de ciencia ficción y humor en un momento en el que la popularidad de Will Smith estaba en su máximo apogeo. La película, inspirada en un cómic de Lowell Cunningham, combinó elementos de las ‘buddy movies’ (contrapuso la comicidad del personaje de Smith con la de su compañero, interpretado por Tommy Lee Jones) con historias relacionadas con las teorías de la conspiración acerca de la vida alienígena.
La segunda parte repitió la fórmula y no cumplió las expectativas, de ahí que el desarrollo de una tercera entrega causara recelo, y más cuando había pasado una década desde el estreno de la secuela. Por suerte, el nuevo filme sobre los hombres de negro, otra vez a cargo de Barry Sonnenfeld, sube el listón respecto a su predecesor y resulta entretenido (hasta cierto punto) y simpático.
No obstante, sus momentos de ingenio y el envoltorio de efectos digitales (formato 3D incluido) no ocultan que se trata de un producto menor.
La historia de ‘Men in Black 3’ no derrocha originalidad, si bien se agradece el cambio de enfoque y el interés de sus creadores en que no sea más de lo mismo. Un giro acertado para reactivar la franquicia que es compatible con los guiños a los ‘fans’ y a los espectadores familiarizados con el universo de los hombres de negro.
Boris el Animal, el último exponente de la peligrosa especie boglodita, escapa de la cárcel lunar en la que llevaba preso 40 años. Y lo hace con la intención de vengarse de quien le capturó y le arrancó el brazo, el agente K (Jones). Para ello idea un plan consistente en viajar en el tiempo, lo que le permitirá matar a K y, lo que es más importante, destruir la Tierra, objetivo que no pudo conseguir en 1969.
El agente J (Smith) se verá obligado a regresar al pasado para frenar a Boris. En su misión, J conocerá al joven K (Josh Brolin) y descubrirá los secretos de su huraño compañero.
Es una saga que va perdiendo fuerza con cada estreno.
El humor de ‘Men in Black 3’ reposa en el repertorio de bromas de Smith, que continúa con su inconfundible estilo y mirando a la cámara. Algunos chistes funcionan, y otros resultan forzados, pero no se puede negar el empeño del actor, que está en su salsa.
Lo secunda un genial Josh Brolin que imita a la perfección los gestos de Jones, al que, por el contrario, se le ve desganado y con el piloto automático. La película tiene logradas ocurrencias de guion relativas a las paradojas temporales y esconde una interesante sorpresa argumental.
Del 1 al 10, le ponemos a la tercera parte de Men in Black de nota un 6. Interesante.