Mucho que contar sobre la apertura del 61 Festival de Cine de San Sebastián; los primeros pases, las primeras ruedas de prensa y la llegada de personalidades del celuloide como Oliver Stone o Terry Gilliam
Juan José Campanella llegó a la ciudad del Urumea junto a Arturo Valls para presentar ‘Futbolín (Metegol)’ en el 61 Festival de Cine de San Sebastián
Su primer filme de animación que además se encargó de abrir el festival de este año. Campanella ya advirtió desde el comienzo de la rueda de prensa de ayer que ‘Futbolín’ «trata tanto de fútbol como ‘Casablanca’ de la guerra». Toda una declaración de intenciones teniendo en cuenta las claras referencias del filme a conocidas estrellas del deporte rey.
‘Futbolín’ se aleja por momentos del cine infantil al ser Campanella capaz de otorgar una gran profundidad a una historia a priori banal. Las constantes referencias al cine favorito del cineasta argentino son una delicia para aquellos adultos deseosos de deleitarse con un buen filme; desde ‘Apocalypse Now’ y ‘2001: Una Odisea en el Espacio’ a los clásicos de Frank Capra, Campanella sabe entretener a pequeños y mayores sin perder un ápice de la calidad de sus trabajos precedentes.
Ayer Donosti también se tiñó de color gracias al pase de ‘Wind Rises’, el último trabajo de Miyazaki. Su último trabajo puede llegar a convertirse en una gran decepción para sus más acérrimos seguidores teniendo en cuenta que el genio japonés se aleja tanto de sus imaginativos filmes anteriores y llega a acercarse más al estilo de ‘La tumba de las luciérnagas’, obra de su colega Isao Takahata. Por otro lado, ‘Wind Rises’ parece ser un intento de Miyazaki por reescribir la historia del Japón de la Segunda Guerra Mundial, con los nazis como enemigos y con el temible recuerdo de las bombas de Hiroshima y Nagasaki revoloteando en la cabeza del protagonista constantemente, ‘Wind Rises’ es todo un alegato pacifista y revisionista de la historia más reciente del país nipón.
Terry Gilliam y Denis Villeneuve
Otros dos filmes se estrenaron con mayor y menor suerte durante el día de ayer en el 61 Festival de Cine de San Sebastián: ‘The Zero Theorem’, de Terry Gilliam, y ‘Enemy’ de Denis Villeneuve. El filmE de Gilliam es fiel al estilo del ex Monty Python; caótica, oscura, paródica y en muchas ocasiones absurda. El excelente papel de Christoph Waltz se ve empañado por el arbitrario inicio del filme y por el empeño de Gilliam a que presuponemos demasiadas cosas. En ocasiones recuerda a ‘Brazil’, pero ‘The Zero Theorem’ acaba sumergiéndose en el absurdo y el humor fácil. Pocos aplausos despertó entre la crítica, pero sin embargo tiene elementos a tener en cuenta como su reflexivo final existencialista y la gran puesta en escena a la que nos tiene acostumbrados Gilliam.
Mejor suerte corrió en el 61 Festival de Cine de San Sebastián ‘Enemy’ de Villeneuve. Basado en ‘El hombre duplicado’, de Saramago, el filme nos sumerge en la caótica mente de Jake Gyllenhaall, cuyo mundo está a punto de venirse abajo tras enterarse de la existencia de un hombre idéntico físicamente a él. Como ha reconocido el cineasta canadiense, el filme requiere de varios visionados para entenderlo a la perfección. Freud está flotando constantemente en un filme complejo y apabullador gracias a tres factores: la grandísima actuación de Gyllenhaall y Sarah Gadon, la logradísima y claustrofóbica estética del filme y la omnipresente música tan característica en otros trabajos de Villeneuve como ‘Incendies’, que en esta ocasión corre a cargo de Danny Bensi y Saunder Jurriaans.