El ‘crunch’ está volviendo a salpicar a Blizzard. Los desarrolladores de Diablo 4 han denunciado las presiones internas para terminarlo.
Diablo 4 ha denunciado que Blizzard los obliga a trabajar como esclavos. Los desarrolladores que trabajan en el videojuego han afirmado que cumplir la fecha de lanzamiento del juego, anunciada recientemente para el verano de 2023, será todo un reto si no se realizan horas extras considerables.
Unos horarios y unas condiciones laborales indignantes
Varios empleados de Activision Blizzard hablaron con The Washington Post bajo condición de anonimato y revelaron detalles del proceso de desarrollo de Diablo 4. Todos los testimonios coinciden en que la fecha de lanzamiento del juego de rol, el 6 de junio de 2023, sería improbable sin que los desarrolladores sacrificaran sus tardes y fines de semana para trabajar en la finalización del juego o recortaran contenido del plan de desarrollo.
Según los empleados, la fecha de lanzamiento de Diablo 4 ha cambiado varias veces. La dirección de Blizzard les está incentivando para que «trabajen duro» en los últimos meses. Muchos afirman también que el descontento ha ido en aumento en la empresa. Por lo visto, el equipo de desarrollo sigue perdiendo desarrolladores con talento que se marchan a empresas que ofrecen mejores salarios y condiciones de trabajo.
La situación en la empresa está siendo muy complicada
Al parecer, los empleados se sintieron frustrados por los comentarios de Bobby Kotick, consejero delegado de Activision Blizzard. Kotick atribuyó la fuerte caída del precio de las acciones el año pasado al retraso de Diablo 4 y Overwatch 2. Uno de los desarrolladores dijo que se sentía como si Kotick hubiera «echado el autobús encima de nosotros» con sus comentarios. Denuncian que ha ignorado deliberadamente el impacto de los numerosos escándalos de acoso sexual de Activision Blizzard, que han asolado a la compañía desde 2021. En una declaración tras la primera demanda, Kotick prometió eliminar la cultura de «chico de fraternidad» de la empresa y revisar sus prácticas discriminatorias de contratación y empleo.
