El Batman que ríe 5. Se acaba el tiempo y Batman empieza a sucumbir al veneno del Joker, Gordon sigue desaparecido, la última oportunidad es intentar pensar como un monstruo, sin convertirse en él.
Tras el pequeño descanso del anterior número, volvemos a la montaña rusa que lleva a Batman de un golpe a otro, de un callejón sin salida a una calle cortada. Todo parece inútil, y el reloj sigue inexorable su cuenta atrás. El murciélago solo tiene una salida, con el veneno del Joker aun no purgado de su organismo, usar el visor del Batman que Ríe, ver el mundo como él lo hace, y adelantarse al hombre que piensa y planea como el mejor detective del mundo pero con objetivos y deseos son los del sociópata más retorcido del planeta.
TODOS CONFIAMOS EN BATMAN, ÉL CONFÍA EN ALFRED
Solo una persona puede mantener a Bruce Wayne de una pieza, como ha sido desde que la versión oscura de Batman dio el pistoletazo de salida a su plan, Alfred. El único que no dejará jamás caer a Bruce Wayne, el hombre que lo sostuvo cuando el mundo se derrumbo bajo sus pies hace tanto tiempo. Pero tiene miedo, el visor significa entrar en un mundo en el que la maldad es el objetivo, y es fácil olvidar la justicia y entrar en el castigo como hace el Caballero Sombrío.
Scott Snyder sigue con fuerza, no deja que baje el nivel de la historia, cada vez más fuerza a su personaje a necesitar de imposibles para poder continuar. Hace tiempo que no estaba tan centrado, quizás desde ‘Juego Final’, sus ‘Noches Oscuras’ fueron más una introducción a sus nueva Liga de la Justicia que un evento, pero de ellas surgió el Batman que Ríe, un personaje que rápidamente se ha ganado un lugar en el panteón de DC, y en la historia de Batman. Y en esta serie más que en el supuesto evento, podemos ver como actúa, como se mueve, y que al fin y al cabo, a pesar del veneno del Joker, es Batman.
EL RETORNO DEL HIJO PRÓDIGO
No podemos olvidarnos de la recuperación del Gordon menos querido por todos, el hijo psicópata, o de la gran fuerza que Alfred está demostrando, Snyder sabe aprovecharse de los secundarios, aunque llevaba tiempo sin plantearse el desafío de un grupo, ya lo ha hecho con la JLA, pero en El Batman que ríe, no usa un grupo de protagonistas sino una familia, y sabe que no todos tienen el mismo tiempo, así que cada escena para esos coprotagonistas, tienen que importar, y lo consigue.
Jock sigue siendo el pedazo de artista que domina los espacios, el contraste de negros, la composición y la narrativa, leer cualquiera de sus cómics es un placer por la sencillez que el lector absorbe la información que muestra sin contar nada, el ambiente, la atmósfera, los sentimientos de los personajes, se expresan solos para tus ojos y hacen que el movimiento y la narración, siendo bastante más densas de lo que esperas en un cómic de Batman, fluyan con suavidad. Si muchos no son de la misma opinión tiende a ser por su estilo de tintas desmadejadas, manchas que construyen, pero que no siempre gusta, aún menos a los fans de un dibujo superheroico espectacular y brillante.
FALTA POCO PARA EL FINAL…
El plan sigue siendo el mismo, matar a todo el mundo que pueda, demostrarle a Batman que ha sido superado. El Batman que ríe se ah propuesto quemar el mundo, pero no solo para verlo arder, sino para que sea la pira funeraria de Bruce Wayne, de la batfamilia, y de cualquier atisbo de humanidad. Y el Joker, sin quererlo, se lo ha puesto más fácil.