«Ya que hacíamos una tortuga ninja, ¿por qué no hacíamos cuatro?» (Kevin Eastman). Con motivo del estreno del ‘reboot’ cinematográfico, analizamos los primeros cómics y el origen de ‘Las tortugas ninja’, personajes creados por Kevin Eastman y Peter Laird en 1984.
«Un día estábamos trabajando en ‘Fugitoid’ -el androide fugitivo-, e hice un bosquejo de una tortuga con máscara y una espada en la mano; Pete hizo una versión modificada. Pensamos que ya que hacíamos una, ¿por qué no hacíamos cuatro? Hice un dibujo a lápiz de cuatro tortugas, cada una con un arma. Yo propuse lo de Tortugas Ninja, y Pete añadió lo de adolescentes mutantes«. Con estas palabras contó Kevin Eastman cómo creó, junto a Peter Laird, las Tortugas Ninja. Eastman concedió una entrevista a la revista Comics Scene en un número de finales de 1990, el mismo año en que se estrenó la primera adaptación cinematográfica, dirigida por Steve Barron. Eastman y Laird formaron Mirage Studios en 1983 cuando eran dos aficionados a los cómics y dibujaban portadas de discos y libros. Crearon en 1984 las Tortugas Ninja en un cómic en blanco y negro y con bastante violencia que era una parodia de ‘Ronin’, de Frank Miller, y de ‘Daredevil’. Treinta años después de su creación las Tortugas Ninja llegan de nuevo a los cines de la mano del director Jonathan Liebesman. ‘Cinemascomics.com’ se adentra en el origen de la saga, en el primer cómic del universo de las tortugas mutantes.
Peter Laird contó en la misma entrevista que las Tortugas Ninja «no son como Spiderman, que va de ronda todas las noches en busca de ladrones de bolsos o asesinos. Lo que intentan básicamente es sobrevivir. Su existencia no sería aceptada por la sociedad porque son animales mutantes. Los enjaularían y los diseccionarían; así que vagan entre las sombras y solo interactúan con los humanos cuando no hay otro remedio«.
En la primera historia que surgió de las Tortugas Ninja, el maestro Splinter relata a sus discípulos cúal es su origen. Les explica que fue la ‘mascota’ de Hamato Yoshi, de quien imitaba sus movimientos ninja, y que su maestro mató para defender a su amada a Oroku Nagi y cómo posteriormente su hermano menor Oroku Saki (Shredder) consumó su venganza asesinando a Yoshi y a su esposa. Splinter también les cuenta cómo los recogió en una alcantarilla, donde los encontró cubiertos por una extraña sustancia verdosa que los convirtió en mutantes pensantes: «Empecé a entrenaros, enseñándoos todo lo que había aprendido observando al maestro Yoshi. Os enseñé a usar armas, el arte del sigilo y todo lo que sabía sobre el mundo. No tardasteis en superar mis lecciones. Os convertisteis en auténticos ninja. Busqué un nombre para cada uno de vosotros en un viejo libro sobre el Renacimiento que rescaté de la alcantarilla: Leonardo, Donatello, Raphael y Michaelangelo«.
Esta es una historia de venganza de cuatro tortugas y una rata mutantes contra el malvado Shredder y el Clan del Pie. La premisa recorre los cinco volúmenes, que incluyen varias historias, que publicó Norma Editorial en España. Leemos cómo las tortugas evolucionan, crecen, aceptan -o no- sus responsabilidades, buscant sus orígenes, viajan hasta el futuro, luchan contra los seres más extraños y se pelean entre ellas mismas. También se exponen la búsqueda interior del maestro Splinter y la relación entre April O’Neil y Casey Jones. A la par que las tortugas sus creadores también evolucionan al plantear historias mucho más completas, interesantes y con más profundidad, con dibujos muy diferentes, pasando de un estilo sucio y barroco a uno más fino. El retrato de las tortugas, algo atormentadas en algunos momentos, difiere del mostrado en las adaptaciones posteriores, marcadas por grandes dosis de humor infantil y donde se las describe como unas devoradoras de pizza cuando en el original no es así.
El cómic se adentra en la mente y en las peculiaridades de las cuatro tortugas, ya que físicamente eran iguales y para diferenciarlas, al no haber distintos colores en su ropa como sí había en la serie de dibujos animados, se crearon caracteres muy particulares, además de las diferentes armas que llevaban. Tras ser atacado por el Clan del Pie y por Shredder, Leonardo tarda un tiempo en recobrar la salud tanto física como mental. April O’Neil lo escribe en su diario -incluido en el cómic ‘Historias reales’, uno de los mejores de la saga-: «Leonardo aún no se ha recuperado del todo. Aquella paliza le destrozó tanto el cuerpo como la mente. Aunque físicamente está casi recuperado, mentalmente… bueno, me temo que aún no está bien. Él siempre ha ido un paso por delante de los demás: es el líder, el hermano mayor y tiene que soportar una carga extra. ¡Cuando alguien así siente que ha fracasado, no se levanta fácilmente!«. A Donatello lo presenta como alguien obsesionado en reparar cosas; a Michaelangelo como alguien que siempre sonríe pero que «últimamente ya no se ríe mucho» y que está centrado en entrenar hasta perder su último aliento, mientras que de Raphael dice que «pasa de 0 a 100 en un instante. Es muy impredecible y algo obsesionado. Me gusta mantener las distancias con él«, redacta April.
Las diferencias entre los cuatro hermanos mutantes van surgiendo como muestra la historieta siguiente en la que tiene lugar una dura pelea entre Leonardo y Raphael, quien cuestiona su liderazgo y le llama cobarde. Raphael, quien abandonará durante un tiempo el grupo, admite que en ocasiones pierde el control y, por ejemplo, en otro cómic se le puede ver deprimido y ensimismado en sus pensamientos.
Los creadores de las tortugas contaron que tienen sus preferidas. Las favoritas de Kevin Eastman son Raphael y Leonardo: «Leonardo es el líder, es sensato, de mente rápida, al que siguen los demás cuando hay problemas. Me gusta Raphael porque es con el que Leonardo pasa más tiempo intentando que mejor. Raphael es una bestia, un auténtico salvaje. Se mete en la pelea y origina problemas«. Mientras, el preferido de Peter Laird es Donatello porque «le gustan los inventos y siempre está liado con cosas de electrónica y ordenadores. Y usa un bastón, que siempre ha sido mi arma favorita«.
Cuantas más historietas se van leyendo más profundidad hay en los personajes. Ellos mismos se preguntan si lo que tienen que hacer es convertirse en héroes o simplemente perseguir al Clan del Pie. Recluidas en las alcantarillas, las tortugas se hacen preguntas sobre si deben intervenir en los problemas de los humanos. «Es hora de aceptar nuestro lugar. Y quizá… hora de alejarnos de todo esto«, dice Leonardo. «¿Dejarlo?«, pregunta Michaelangelo, «pero, ¿qué pasa con nuestra obligación?, ¿con nuestro honor?«. «¿Honor?», responde Leonardo, «estoy empezando a pensar que en este mundo no hay lugar para el honor. Codicia… odio… violencia… ansias de venganza… eso es lo que motiva al mundo«. De hecho, en una de las historietas las tortugas se plantean si son ellas mismas las causantes de que haya más violencia en las calles, es decir, que atraigan a los violentos en vez de apaciguarlos. La misma pregunta que se ha hecho en más de una ocasión Batman al creer que el hecho de que haya un Joker, un Dos Caras, un Pingüino o un Bane se debe a una reacción a su figura. El ying y el yang. Blanco y negro. Caos y orden.
Este fue el embrión de algo muy grande, impensable para sus creadores cuando diseñaron cuatro personajes verdes con antifaz. Después ya vendría la locura con las películas, la serie de dibujos animados, los juguetes, más películas (ya en digital) para llegar a la esperada y visualmente lograda ‘Ninja Turtles’, protagonizada por Megan Fox y producida por Michael Bay.