Muchos creen que Beetlejuice es una creación de Tim Burton, pero eso no es así, ya que hay mucho más detrás y ahora vamos a repasar su historia.
Beetlejuice (Bitelchús), el emblemático personaje que fue presentado en la película de 1988 de Tin Burton, realmente fue creado por el escritor Michael McDowell mientras trabajaba en un guion de terror. Inspirado por la oscuridad y el misterio, dio vida a un ser extraordinario llamado originalmente Betelgeuse, un demonio con alas capaz de metamorfosearse para aterrorizar a sus víctimas y llevarlas al infierno. Este nombre, era una referencia a una estrella del mismo nombre en la constelación de Orión. Pero fue alterado a Beetlejuice, ya que los productores de la película pensaban que Betelgeuse era más difícil de pronunciar.
El visionario director Tim Burton quedó cautivado por este personaje único y lo adoptó para su película homónima, que se convirtió en un fenómeno cultural. Gracias al musical de Broadway, sabemos que Beetlejuice nació como un ser humano común de Alabama cuya vida estuvo marcada por la tragedia y la soledad desde una edad temprana. Una infancia problemática, una relación disfuncional con sus padres y una serie de fracasos en la vida lo llevaron a un estado de desesperación que culminó en su trágico suicidio.
Desde ese momento llegó al no mundo que es una recreación del mundo real según la visión de los muertos.
Sin embargo, la muerte no marcó el final de la existencia de Beetlejuice, sino más bien el comienzo de una nueva vida en el limbo entre el mundo de los vivos y el de los muertos. Allí, se convirtió en asistente de los recién fallecidos, ayudando a las almas perdidas a encontrar su camino hacia el más allá. Con el tiempo, Beetlejuice adquirió habilidades sobrenaturales y se convirtió en un poderoso fantasma conocido como “bioexorcista”, capaz de manipular su entorno y a los vivos con el fin de asustarlos y expulsarlos de sus hogares.
A lo largo de su existencia en el mundo entre mundos, Beetlejuice enfrentó desafíos y conflictos, incluyendo ser encarcelado en varias ocasiones debido a su comportamiento agresivo e incontrolable. Sin embargo, su capacidad para causar estragos y su ingenio astuto lo convirtieron en una figura temida y respetada entre los habitantes del más allá.
Además de su impacto en el cine.
Beetlejuice también ha dejado su huella en otros medios, incluyendo una serie animada que lo presentaba como un personaje más simpático y menos malévolo, así como diversas adaptaciones en cómics, videojuegos y un musical.
En resumen, Beetlejuice es mucho más que un simple personaje de ficción; es un símbolo de la oscuridad y la extravagancia, un icono cultural que ha perdurado a lo largo de los años y ha dejado una marca indeleble en la imaginación de generaciones de fanáticos. Su compleja historia de tragedia, redención y humor negro lo convierte en uno de los personajes más fascinantes y queridos de todos los tiempos. Además su origen es la unión de las ideas del escritor Michael McDowell, el director Tim Burton y el actor Michael Keaton que aportó mucho al personaje, sobre todo en su aspecto y su estética.
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