Se estrena Oppenheimer en Japón y mucha gente opina que la película se ha quedado a medias con el poder destructivo de las bombas atómicas.
El aclamado director Christopher Nolan ha llevado su más reciente obra maestra, Oppenheimer, a los cines japoneses, pero no sin desatar un debate candente sobre su representación de los ataques nucleares de Hiroshima y Nagasaki. La película, que ha sido galardonada con el Premio de la Academia, enfrenta críticas del ex alcalde de Hiroshima y otros líderes locales por lo que consideran una falta de profundidad en la narrativa sobre las devastadoras consecuencias de las bombas atómicas.
Cillian Murphy interpreta magistralmente al físico teórico J. Robert Oppenheimer, pero algunos espectadores japoneses se han sentido decepcionados por la manera en que la película aborda los eventos históricos que cambiaron el curso de la guerra y dejaron una marca en el país y en la historia mundial. Takashi Hiraoka, ex alcalde de Hiroshima, expresó su descontento al afirmar que el «horror no fue suficientemente representado», y muchos espectadores coinciden en que la película no logra transmitir adecuadamente el sufrimiento y la tragedia causados por las bombas nucleares.
No solo en Japón se opina lo mismo.
La falta de una representación más vívida de los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki ha generado un intenso debate sobre el propósito y la responsabilidad del cineasta al abordar eventos históricos tan sensibles. Toshiyuki Mimaki, superviviente del bombardeo de Hiroshima, lamentó la ausencia de una escena impactante que retratara la devastación de su ciudad natal, mientras que otros espectadores, cuestionaron si la película glorifica de alguna manera el uso de armas nucleares.
Sin embargo, no todas las opiniones son negativas. Algunas personas que acudieron a los cines, encontraron una profundidad emocional en el enfoque de Nolan, destacando la expresión de dolor y arrepentimiento en la mirada final de Oppenheimer. Este matiz en la representación del protagonista ha suscitado debates sobre la complejidad moral de su papel en el desarrollo de las armas nucleares.
Estas críticas no son nuevas para Nolan, quien ya había enfrentado cuestionamientos similares en el pasado. El cineasta japonés Takashi Yamazaki (Godzilla Minus One) incluso ha expresado su deseo de crear una película que sirva como una respuesta o réplica a Oppenheimer, reflejando la importancia de abordar estos temas desde diversas perspectivas culturales.
Por su parte, Nolan ha defendido su enfoque, argumentando que su intención era contar la historia desde la perspectiva única de Oppenheimer, por lo que no quiso ir más allá y prefirió no mostrar cómo caían las bombas en Hiroshima y Nagasaki. En última instancia, la película plantea preguntas difíciles sobre la ética científica y la responsabilidad histórica en un mundo marcado por la sombra de la bomba atómica.
