Finalizamos nuestro especial con la crítica de Sympathy for Mr. Vengeance primera película de la trilogía de la venganza
Park Chan-wook, dirigió en 2002 Sympathy for Mr. Vengeance primera parte de la trilogía de la venganza a la que seguirían Oldboy y Sympathy for lady Vengeance, películas conocidas como ‘trilogía de la venganza’ del director nacido en Seúl, haciendo un evidente hincapié en la película que ha originado el ‘remake’ que podremos visionar a partir del viernes.
Tras la realización de su primera película comercial, “JSA (Join Security Area)”, Park Chan-wook estaba en posición para poder hacer lo que quisiera en su lugar de origen, ya que se había convertido de la noche a la mañana en el hombre que había dado a sus compatriotas la película más vista de la historia en su país. No le fue difícil conseguir la financiación necesaria para poder abordar su siguiente trabajo cinematográfico: Sympathy for Mr. Vengeance, la primera de dicha trilogía vengativa.
La cinta está protagonizada por Shin Ha-kyun, cuyo mayor logro posiblemente haya sido hasta el día de hoy el papel de sordomudo en el filme que nos ocupa, y Song Kang-ho, actor más conocido para el público occidental debido a unas cuantas películas que han llegado al gran público como la notabilísima ‘Memories of murder’, la película con monstruo ‘The host’ o la divertida pero algo alargada ‘The good, the bad, the weird’. Además, es uno de los actores fetiche de Park Chan-Wook, tras su trabajo en ‘JSA’, ‘Sympathy for Mr. Vengeance’, ‘Sympathy for Lady Vengeance’ y la curiosa aproximación al vampirismo en “Thirst”, su última colaboración hasta la fecha.
Acerca de la historia
La película versa sobre la historia de Ryu, un sordomudo que deja los estudios de arte porque su hermana contrae una enfermedad renal y tiene que trabajar para mantenerla. Tras conseguir 10 millones de wons para hacerle un trasplante de riñón, le notifican que no es donante apto, ya que su sangre no es compatible con la de su hermana.
Ryu decide entonces recurrir al mercado negro de órganos, consiguiendo así negociar un riñón compatible para su hermana a cambio de la extracción de su propio riñón y los 10 millones de wons que en un principio iba a emplear en dicho fin, ya que el tiempo juega en su contra. Tras someterse a la extracción, despierta en una nave abandonada descubriendo que ha sido estafado. En la siguiente escena le notifican del hospital que por fin han encontrado un donante compatible y que tras el pago del dinero, ingresarán a su hermana cinco días después.
A Ryu se le cae el mundo encima pues es un dinero con el que ya no cuenta. Como solución desesperada, no se le ocurre mejor fórmula a él y a su novia para contar con otros 10 millones que planear un secuestro de alguien rico. Un secuestro que será el inicio de sus problemas.
Crítica
La película está dividida en dos partes diferenciadas: la que está narrada desde el punto de vista de Ryu y la que está narrada desde el punto de vista de Park (Song Kang-ho), el acaudalado empresario que se verá inmerso en la historia.
Si bien tiene algún pequeño problema de ritmo, sobre todo en su primera hora de metraje, la película deja ver a un cineasta brillante con ganas de seguir en futuros proyectos. Escenas como la final o la del encuentro de Park con la novia de Ryu nos muestran un cine y un cineasta superior a la media y que hace que sintamos empatía por ambos personajes protagonistas, lo que habla mucho y bien de la película y su intención.
Si bien otro de los puntos más débiles del filme es la ausencia de lirismo que contiene en grandes dosis su obra posterior (exceptuando quizás ‘Thirst’ y su fragmento para la película coral ‘Three Extremes‘) no es algo que llegue a importar si eres seguidor del director coreano, pues esa ausencia remarca mayormente la crudeza y la realidad con la que nos quiere hacer ver la película, algo que ya repitió en su anterior filme, “JSA”.
De hecho, en mi humilde opinión, la película hubiera ganado todavía mayor notoriedad si se hubiera suprimido toda pequeña referencia humorística, como al parecer tiene por ejemplo en la inclusión del personaje discapacitado que ronda por el largo pese a su importancia en la trama.
En la segunda hora es donde vemos aquello que le interesa contar al director, que no es sino la venganza llevada a cabo en sus diferentes vertientes y con la que nos quiere hacer entender a la psique humana (tan humanos y a la vez, tan irracionales). Unas venganzas que el espectador no deja de ver como lógicas y en las que, por tanto, nos hace partícipes de ellas.
Conclusión
Sympathy for Mr. Vengeance es, en definitiva, una película de gran interés y calidad (tendrá un ‘remake’ estadounidense en 2015) y vendría a ocupar en mi opinión el segundo puesto de ese ranking imaginario entre las tres películas vengativas de Park Chan-Wook tras esa maravillosa película de culto que es ‘Oldboy’, siguiente obra en su filmografía y con la que se daría a conocer en todo el planeta.