Entrevista a Eugenio Mira.
Después del pase de prensa de “Grand Piano” en la sala de Paramount en Madrid, tuvimos la oportunidad de charlar con su director Eugenio Mira (“Agnosia”) y su productor Rodrigo Cortés (“Enterrado”, “Luces rojas”), los cuales no dudaron en responder a nuestras preguntas (aunque con algunas dieran rodeos), en un coloquio organizado en la misma sala de cine.
Si algo caracteriza a este dúo es su amor por el cine, así como sus grandes conocimientos de la semántica del cine y de siempre buscar la mirada personal del director en cada uno de sus trabajos. Ambos no dudan en elogiarse mutuamente, y en “irse por las ramas” ante cualquier preguntas que se les haga, perdiendo totalmente la noción de lo que se les había preguntado en un principio.
La película ha sido muy bien acogida por la crítica, si bien, tal y como diremos próximamente en nuestra propia crítica, tiene puntos fuertes y débiles que la equilibran hasta convertirla en un entretenido thriller, pero lejos de alcanzar a las obras de Hitchcock que en varios momentos pretenden emular.
En la presentación del director, llevada a cabo por Rodrigo Cortés, éste no dudó en expresar su gran admiración por el director valenciano, conociéndole con su primer corto, “Fade”; destacando de él su gran trabajo visual llevado a cabo. Tampoco duda en compararle con Steven Spielberg en algunos aspectos visuales. Salvando, ampliamente, las distancias, hay que reconocer que Eugenio Mira es un director personal que trabaja concienzudamente en sus proyectos, teniendo un provechoso futuro por delante.
Cortés asegura que su papel en la película es simplemente producir y simplificar la vida a su director, para conseguir que su idea llegue limpiamente al final de la película, sin más intromisión que ayudar en aquellos aspectos del rodaje o montaje donde pueda verse ofuscado el director. Asegura que él la habría hecho de forma totalmente distinta, porque asegura que ésta es una película de director, como en las películas de Hitchcock.
Ante otras preguntas que la comparan con Hitchcock o “Última llamada” de Joel Schumacher (2002), asegura que es diferente, aunque más adelante, el propio director confiesa ciertas similitudes con la obra del orondo genio. Ambos añaden que es mucho más que la película protagonizada por Colin Farrel, puesto que éste sólo estaba hablando por teléfono, mientras que Elijah Wood debe tocar el piano, sin fallar una nota, mientras un psicópata le apunta con un rifle de francotirador con silenciador; todo eso mientras intenta salvar a su novia, pedir ayuda y descubrir dónde se esconde el villano.
Cortés no para de elogiar en todo momento a Mira, asegurando que sin él no hubiera sido posible realizar una cinta tan compleja, puesto que: “Cualquier cosa que veas [en la película] tiene que sincronizarse de una forma muy específica con una música que debe tener múltiples funciones. Lo que previamente obliga a realizar un trabajo complejo para desmenuzar la película en términos musicales consiguiendo un mapa de carreteras, exacto segundo a segundo que determine la duración de cada uno de los diálogos, las miradas, las reacciones, etc. O tienes a un director con un conocimiento muy profundo del lenguaje cinematográfico y muy profundo de la música o es imposible llevarlo adelante. Eugenio tiene ambas cosas, ya que fue el compositor de la música de sus dos primeras películas, tiene formación musical y fue capaz de hacer ese trabajo matemático para la película”.
Dada la importancia de la música en película, era imprescindible contar con un experto compositor que hiciera creíble no sólo la música que se iba a oír, sino que no desentonara con las acciones que se iban produciendo a lo largo de la trama. El elegido fue Víctor Reyes, el cual elaborara una partitura para la cinta, siguiendo minuciosamente las indicaciones de Eugenio Mira, con el fin de encajar toda la música en un guión cuyos referentes musicales eran falsos y que hubieron de crearse desde cero para sustentar la tensión y el ritmo del largometraje.
Cuando se les preguntó a ambos sobre qué opinaban sobre las palabras del Ministro de Haciendo Cristóbal Montoro en relación a la calidad del cine español. Eugenio Mira respondió diciendo que: “No puedo decir qué es el cine español ni opinar sobre algo que en mi opinión no existe. “Grand Piano” se exhibe fuera y no se puede decir de dónde viene. [Nacho] Vigalondo acaba de rodar “Open Windows” también con Elijah Wood, y no sé lo que tenemos en común más que esa característica de ratas en un barco que se hunde. Es curioso porque desde fuera piensan que en España existe una situación donde toda una generación de jóvenes directores puede hacer las películas que les interesan sin ningún problema, creen que tenemos una industria potente, pero realmente no es así. Jamás he pensado en términos industriales, y de repente ya no existen las ayudas, así que he tenido la gran suerte de asistir a este sueño que es “Grand Piano”, la oportunidad de ver cumplido este sueño de trabajar con una gente que hace las películas que les gustan, y en España. ¿Quién iba a decir que esto iba a ocurrir en España, cuando eso ya no está ocurriendo ni en Estados Unidos?”
Rodrigo Cortés tampoco se mojó, alegando que: “No tengo nada que decir a eso, porque creo que es contraproducente. Ahora mismo, hay una percepción del cine español que es ideológica. Haciendo, para empezar, que cualquier tipo de opinión sea radicalmente irrelevante. Y para seguir, cuando intentamos cambiar esa percepción, estamos haciendo el idiota: no conseguimos nada nunca, salvo llorar, y conseguir que los demás te vean como un llorón, algo que es tremendamente contraproducente. Es mucho más fácil cambiar la realidad que cambiar la percepción de la realidad que tiene la gente. Hace años, cuando éramos pequeños oíamos hablar de las “españoladas”, las “americanadas”, y toda una serie de conceptos que hace mucho tiempo que ya no oímos, no sabemos cómo aparecieron ni cómo desaparecieron. Cuando se habla de cine español se pueden decir cosas como ésa de la calidad, y si de repente te gusta una película entonces se dice <<bueno, pero es que esa no parece española>>. De manera que creo que nuestra responsabilidad no es hablar de eso. No hay nada que decir sobre eso. Sólo hacer las cosas que creemos que deben o pueden hacerse. El resto es absolutamente incontrolable, entrar en una guerra ideológica que no es en absoluto competencia nuestra”.
Ante un momento de la película, donde el director de la orquesta le asegura al protagonista que el público no se da cuenta de si fallan o no alguna nota, siendo ése un gran colchón para él. Les preguntaron si creía que el público era capaz o no de captar todos los matices de su película. Ante esto, Mira reconoció que: “Algo que tengo claro es que llega un momento en que tú no eres responsable de lo que la gente pueda ver en lo que estás haciendo. Si incluyes un chiste esperas que la gente se ría en el momento adecuado y entonces sabes que ha funcionado, pero a un nivel semántico, que es un nivel con el que puedes trabajar, un nivel de artesanía, trucos y resultados. No eres responsable de lo que puede llegar a pensar el espectador ante la película. Lo haces lo mejor que puedes, tomas las decisiones que te parecen más adecuadas para contar la historia y no puedes hacer más. El comentario del personaje habla de eso: llega un punto en que tú lo haces lo mejor que puedes, pero no te puedes responsabilizar de la traducción que hace el espectador de la película, y al final, da lo mismo. Hay que aprender a relajarse un poco. La unanimidad a mí no me interesa, y hay directores a los que les gusta que la gente vea diferentes cosas en sus películas”.
Rodrigo Cortés ante la misma pregunta indicó que: “No debe hacerse cine desde la condescendencia. Hay una forma de hacer cine que es asegurándote de que si hay un niño con siete años con síndrome de Down en la sala entiende perfectamente todo lo que está pasando en la película. Por supuesto que siempre tratas de analizar los mecanismos de percepción del espectador, para intentar que aquello que tú haces les golpee de una forma específica al margen de que les complazca o no. No intento cerrar todo para que haya una visión única, sino que de repente me puede interesar mucho dejar ciertos territorios abiertos para que empiecen a generar en el espectador diferentes interpretaciones semánticas, que quiero que formen parte de esa interpretación. En todo caso, si tocas alguna nota mal, lo que esperas es que nadie se dé cuenta. Es tu única protección”.
Finalizada la charla, aprovechamos para hacernos una foto con ambos, agradeciéndonos el haber acudido y por nuestras preguntas; así como para recordarnos que la cinta se estrenará en nuestro país el próximo viernes 25 de octubre.
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