La prestigiosa actriz Lina Morgan, que llenó teatros y salas de cine en las últimas décadas ha muerto a causa de una enfermedad por la que estuvo ingresada varios meses
Nacida en Madrid en 1937 en el seno de una familia modesta, Lina Morgan tenía su residencia al lado del Teatro La Latina en la capital de España y donde existe una placa en su honor, siempre quiso ser artista. Desde pequeña participó en grupos de teatro y su ascenso como cómica fue imparable.
Pocos años después, tras el éxito cosechado con su habitual pareja de interpretación, Juanito Navarro, se montó su propia compañía. Solía interpretar a personajes con imagen de torpes e ingenuos, pero que en realidad eran astutos y avispados, aunque no tenían mucha suerte en el amor, eran el patito feo. Comenzó su carrera en el cine en 1962 con ‘Vampiresas’, siempre en la senda de la comedia, donde más halagos recibía por parte de la crítica y el público.
Poco después alcanzó su sueño de ser la propietaria del Teatro La Latina, donde se forjó como artista y mamó el teatro desde niña. Se despidió de la escena en 1993 con ‘Celeste… no es un color‘ puesto que sufrió un desprendimiento de retina, hecho que, sin embargo, no impidió que volviera a los escenarios. Fue más decisivio el fallecimiento de su hermano, lo que la aparó definitivamente del mundo de la interpretación.
Gracias a sus programas de televisión, sus películas y sus actuaciones teatrales, Lina Morgan perdurará como símbolo de la comedia española, una mujer simpática, discreta y entrañable. Como Charlot, a quien siempre quiso parecerse.