La Industria de Efectos Visuales de Francia se dispara gracias a la demanda que hay actualmente en todo el mundo.
Francia ha apostado fuerte para potenciar la industria de efectos visuales (VFX) y por eso está experimentando un impresionante crecimiento. Gran parte de este éxito se debe a un atractivo bono de devolución de impuestos del 10% destinado a producciones que invierten más de 2,1 millones de dólares en equipos digitales locales.
Este incentivo fiscal no solo ha atraído a productoras internacionales, sino que ha permitido a los estudios estadounidenses beneficiarse de un impresionante reembolso del 40% en gastos de postproducción. Esta situación ha proporcionado una oportunidad valiosa para que talentosos profesionales permanezcan o regresen a Francia, lo que ha llevado a un rápido crecimiento en la industria de efectos visuales.
Algunos casos de éxito.
La fundadora y directora ejecutiva de Yard, Laurens Ehrmann, destaca cómo la percepción de la industria de efectos visuales en Francia ha cambiado drásticamente. Antes, las producciones solo gastaban lo justo para aprovechar el crédito fiscal, pero ahora llegan a Francia específicamente para colaborar con estudios de efectos visuales locales en proyectos más grandes.
Yard, por ejemplo, ha participado en producciones de alto perfil como Indiana Jones y el dial del destino y El señor de los anillos: Los anillos de poder. El éxito de estos proyectos ha permitido a Yard abrir nuevas sucursales fuera de París para aprovechar talento adicional.
Laurens Ehrmann subraya la importancia de estar cerca del talento y, cuando se detecta una nueva bolsa de talento, abren una nueva oficina. Yard ha abierto una sucursal en Montpellier, en el sur de Francia, aprovechando la asociación con la prestigiosa escuela de animación y VFX, ArtFX. Además, ArtFX tiene planes de abrir una escuela y estudio en Lille, lo que ha inspirado a Yard a seguir su ejemplo y abrir una nueva oficina allí.
Para muchas empresas, la cercanía al talento se ha vuelto crucial. Ehrmann enfatiza la necesidad de reinventarse, ser flexibles y crear oportunidades nuevas en este entorno en constante evolución.
Además del estímulo fiscal, algunas empresas han utilizado subvenciones para impulsar la innovación.
Por ejemplo, MacGuff, con sede en París, ha desarrollado internamente la herramienta Face Engine, que utiliza inteligencia artificial para rejuvenecer o modificar digitalmente caras en metraje ya filmado. Esto evita la necesidad de maquillaje y prótesis en el set, ofreciendo un enfoque más avanzado que los filtros faciales comunes.
Esta tecnología ya se ha aplicado con éxito en producciones como Oficina de infiltrados de Canal Plus y la serie limitada de Netflix Bernard Tapie. Las impresionantes capacidades de Face Engine han llamado la atención de productores internacionales, y MacGuff espera aclarar algunos mitos sobre su herramienta propietaria durante una próxima visita a Los Ángeles.
La industria de efectos visuales en Francia está en pleno auge, aprovechando la tecnología y el talento para satisfacer la creciente demanda de producciones internacionales. Esperemos que algunos países con tanto talento copien esta política de estímulos para poder beneficiarse de todo el trabajo que se está creando alrededor de los VFX.
