Green Arrow cumple ya 75 años de vida y es una muestra de cómo un héroe de cómic se ve en la necesidad de evolucionar para poder seguir siendo él mismo
Casi por definición y sin duda por necesidad el mundo del cómic de superhéroes se ve obligado a cambiar de forma ocasional para adaptarse a los nuevos tiempos. No me refiero al hecho de hacer reseteos del universo o un par de cambios de uniforme, tema que ya comenté en otra Impresiones de un traidor.
No, nada de eso. Estoy hablando de los personajes, de sus personalidades y lo que les rodea, de cómo ellos deben ser reflejo de cada época y las circunstancias que suceden en el mundo real. Un claro ejemplo ha sido siempre Spider-Man con sus preocupaciones, miedos y amoríos varios, pero de forma general dejando de lado el aspecto más social de la vida salvo en alguna que otra ocasión.
Mucho mejor en este punto sería Flecha Verde (Green Arrow) que en este 2016 cumple ya 75 años de vida y es una total muestra de cómo un héroe de cómic se ve en la necesidad de evolucionar para poder seguir siendo él mismo; en ocasiones dando un cambio radical a todo lo que era para ir en otra dirección cuando el camino a seguir no termina de ser más que borroso.
Así en un comienzo no dejaba de ser un justiciero al uso que junto a su compañero adolescente recorría las calles solucionando problemas, teniendo además su propia arrowcueva y su arrowcoche de turno con los que enfrentarse a los coloristas villanos de turno. En ocasiones cayendo en historias que hoy nos resultan totalmente extrañas como aquella en la que los diferentes Flecha Verde del mundo se juntan a petición del americano; precisamente una de las historias que se recopilan en el tomo de ECC Ediciones Especial More Fun Comics (1941-2016): 75 años de Green Arrow.
Este volumen es un recopilatorio de obligada compra no solo para los amantes del personaje, también para los amantes de los superhéroes en general ya que con el paso del tiempo el arquero se ha convertido en uno de los que mejor refleja el cambio de los años y las necesidades de sus autores.
Así en otra de las aventuras que componen estas páginas tendremos el tan habitual enfrentamiento ente héroes (en concreto de la JLA consigo misma) y por supuesto el trabajo realizado por Denny O´Neil con dibujo de Neal Adams en el que Speedy, el ayudante de Flecha Verde, se ha convertido en drogadicto. Todo un hito en la historia del cómic en el que el guión presenta un tema de todavía actualidad e intenta retratar las inseguridades del muchacho y la incomprensión de su maestro al respecto.
Este hecho llega a su mayor extremo cuando presa de la incredulidad y la impotencia Flecha Verde golpea a su amigo al descubrir que es un yonqui, mientras la discusión entre ambos muestra lo alejados que están el uno del otro y el cómo son incapaces de entender el uno la postura del otro. El gran dibujo de Neal Adams hace el resto llenando las páginas de realismo e imágenes impactantes que hacen de este relato un imprescindible de la historia del cómic.
De esta forma y ya sin remedio el arquero se convierte en uno de los héroes más reales de DC Comics, algo solo soñado por el resto aunque en ocasiones su ejemplo será seguido por otros. Termina el tomo con un homenaje a los orígenes con una subasta de su arrowmóvil mientras él está ejerciendo de padre, dejando claro que el tiempo pasa para todos y que antes o después hasta los héroes de la ficción se ven obligados a madurar para poder seguir existiendo.
Ahora mismo el personaje goza de uno de sus mejores momentos por la popularidad de la serie televisiva Arrow, así que es un buen momento para descubrir quién es y de paso entender un poco mejor la necesidad que tiene el mundo del cómic de irse adaptando a las décadas y su realidad social.
Y es que 75 años dan para mucho.
