New York, Five Points, el legendario distrito de las bandas de la ciudad. Mafia, política y acción con aires de western oscuro. Green Blood es un disparo directo al corazón.
Masasumi Kakizaki se ha empapado de “Gangs of New York”, tanto la película como el libro que origino la misma, del cine de Eastwood, y del cine de samuráis. Una obra violenta sobre la familia, el honor, la inocencia y el drama de la inmigración a mediados del siglo XIX.
Estados Unidos vende su historia como si fuera una epopeya en la que la voluntad de unos pocos forjaron una poderosa nación, libre y orgullosa. La verdad, como en casi todo, es muy diferente. Green Blood es un manga, es japonés, por lo tanto examina desde un prisma muy diferente una de esas épocas tan legendarias, en este caso el nacimiento de la moderna Nueva York, la ciudad que nunca duerme, y el mote también sirve para la segunda mitad de los años 1800.
En un país que acaba de salir de una cruenta guerra, dos hermanos irlandeses intentan sobrevivir, uno trabaja duro e intenta llevar dinero a casa, un joven alegre que intenta vivir el sueño americano en su estado más puro. El hermano mayor es un vago que duerme todo el día pero por la noche se convierte en un asesino a sueldo de un grupo criminal que anda de capa caída sin que su hermano pequeño lo sepa.
Las claves de este cómic son sin duda la diferencia entre los protagonistas y su concepción del mundo, la esperanza contra la desesperación, la búsqueda de un futuro mejor contra un ahora que sólo tiene un objetivo,matar a su padre. Ambos son el ejemplo de un tiempo bastante peligroso y con grandes problemas sociales, los irlandeses eran considerados ciudadanos de segunda por su condición de inmigrantes, y trabajaban en los peores lugares, la corrupción del poder y de las instituciones era altísimo dado el gran control que ejercían unos pocos. Vamos que por mucho que se quiera vender que era un país de oportunidades, seguían respondiendo al viejo estilo aristocrático europeo, pero con nuevos ricos.
También el escenario de la historia es casi un protagonista de la historia, el legendario cruce de calles de Five Points. Inmortalizado en el cine por Martin Scorsese en ‘Gangs of New York’, y analizado al detalle, y banda por banda, en el libro del mismo nombre que dio origen a la película escrito por Herbert Asbury, es una zona donde el crimen llego a ser el amo y señor de una población empobrecida y necesitada de algo que nunca encontraban en sus gobernantes, un gobierno. El autor cuenta pequeños retazos de esa realidad en textos de apoyo para que el lector se sitúe, pero sólo cuando ya ha visto esa situación, muchas veces extraña a una persona moderna, vivida y sufrida por sus personajes.
Green Blood es un manga histórico, dramático y realista que usa elementos de acción para transportar a su publico a una época en la que la frontera de los USA no era un pueblo polvoriento sino el linde de dos calles que se peleaba a punta de cuchillo o con explosiones de pólvora y raciones de plomo. Una ambientación cuidada y que respeta los hechos reales envuelve esta trama familiar donde dos hermanos buscan salir del lodo para poder vivir dignamente, uno con su trabajo y otro con su único talento, el asesinato.
Kakizaki ya tiene en su haber la popular ‘Hideout’, una historia de terror, pero en este caso se decide por una historia compleja. Su estilo realista y detallado hace ganar muchos enteros a esta historia de familia y asesinatos. Su estilo responde mucho a planteamientos del western americano y a las historias de samuráis, que según Kurosawa son muy cercanas, y vive de gestos y ritmos intensos, basados en miradas y detalles que alargan las escenas para elevar la tensión. Leone disfrutaría de estos tiroteos. Dentro de todo eso siempre aparece el carácter nipón de la obra, tanto en elementos que mezclan elementos realistas con otros ficticios que tienen una nota discordante, el revolver cuchillo para empezar, pero usados con en su justa medida resultan creíbles y no estorban su credibilidad.
Destacable dentro del genero histórico al estilo japonés, que no histórico japones que ese englobaría su historia, no pierde los tópicos de los héroes nipones o los arquetipos personales de los hermanos, el mayor sin fe y perdido y el joven lleno de ideales y que lo anima a seguir. La elección de los irlandeses y sus estado dentro de esta América aún en pañales, marca el desarrollo de la historia y también el muestra el interés en que no sea una obra mas de asesinos y venganza. No es la obra más original del mundo, pero su buen hacer y la elección de emplazamiento y tiempo tan sugerente añaden muchos puntos a una historia familiar de venganza y crimen. Y por sino ha caído nadie, la “sangre verde” a la que el título de la obra hace referencia es la sangre irlandesa de sus protagonistas, Irlanda, Erie, es la isla esmeralda
Una obra que sorprende por el tratamiento de muchos temas que no esperas, personajes por encima de la acción, un cuidado escenario y mucha importancia en los detalles. Impresionante arte y un ritmo que se centra en los detalles en un cómic que tiene mucho que contar en los cuatro tomos que le restan.