Francisco Ibáñez nos ha dejado tras décadas y décadas de trabajo, personajes e historietas
El sábado la noticia corrió. Mucho. No era para menos, Francisco Ibáñez había fallecido. El creador de tebeos más conocido y vendido de nuestro país, con unos personajes y fama que habían ido mucho más allá de nuestras fronteras dejaba este mundo. Empezó su carrera muy joven pero su gran salto vino en 1958 en el Pulgarcito 1394 en el que apareció por primera vez una página de Mortadelo y Filemón. Su humor, trazo y aires fresco (en su momento) le valieron ir ganando cada vez más fama.
Es innegable ver el impacto de estos dos personajes puesto que es poco probable encontrar a alguien que no los conozca, tampoco será fácil encontrar a alguien que nunca haya leído una sola aventura suya (aunque los habrá, claro está). Debido a su éxito estos pasaron con el tiempo de la página entintada a otros medios, ya sean los estupendos cortos de Estudios Vara o los muñecos de PVC. No solo estos, también el Botones Sacarino tuvo su adaptación a una serie de televisión, que no contó con el apoyo del público y hoy está totalmente relegada al ostracismo.
Luces y sombras
La figura de Francisco Ibáñez proyecta una sombra muy alargada. Por un lado en ocasiones su gran fama e impacto ha creado una especie de barrera muy complicada de saltar, pero (y uso los términos de forma laxa) es que hablamos de la relevancia de una Rockstar frente a otros. Es decir, es como comparar a Bono con otros músicos, su imagen y su figura están en un nivel inalcanzable y cualquier cosa que haga eclipsará a los demás.
También puede hablarse del Bruguera Equip y autores como Blas Sanchís, Ramón María Casanyes o Martínez Osete, entre otros, y las historietas que se hicieron de sus personajes sin contar con él, algo legal puesto que estos pertenecían a la citada editorial. Lo cierto es que si bien el Bruguera Equip surge en la década de 1980 tiras, portadas y merchandising de los personajes sin contar con Francisco Ibáñez se hacen desde 1966. De igual forma, tiempo más tarde, uno de los antiguos trabajadores de este equipo (Juan Manuel Muñoz) se dirigió en persona al mismo Francisco Ibáñez y por décadas ha sido su mano derecha.
Esto no es algo extraño, muchos grandes dibujantes (tanto de cómic como de tiras de prensa) han tenido y tienen ayudantes, el problema es que no se le reconocía tal lugar. No aparecía en los álbumes, Ibáñez ha llegado a negar su existencia y tampoco es que las editoriales que han ido publicando su obra estuvieran interesadas en hacerlo. El absurdo es que era un secreto a voces, tan a voces que Juan Manuel Muñoz incluso ha dado entrevistas sobre el tema.
Un adiós lleno de cariño
Dejando las luces y sombras de lado, que cualquier lector de cómics con cierta curiosidad conoce, el sábado los medios y las redes sociales se llenaban de cariño y respeto hacia la figura de un hombre que ha marcado mucho. Decenas de autores hablaban de cómo estuvo entre sus primeras influencias, otros de cómo les firmó con una sonrisa en el rostro en alguna sesión, varios compartiendo anécdotas más personales…
Hasta pronto, Francisco Ibáñez.
