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Cómics / libros

Hellblazer. Ascenso y caída. John Constantine vuelve a casa a cazar a un viejo amigo

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Tom Taylor y Darick Robertson llevan a John Constantine al barrio donde nació, porque algo está matando a los ricos de la ciudad y es culpa del brujo.

La superestrella Tom Taylor (Batman el Detective, Escuadrón Suicida, Superman el Hijo de Kal El) y el dibujante superventas Darick Robertson (The Boys, Transmetropolitan, Happy!, Punisher) unen fuerzas para contar una historia del mago urbano más conocido John Constantine. Una historia sobre las clases sociales, la amistad, el sexo y los pactos demoníacos donde nada es lo que parece. John vuelve a casa, y nadie parece muy contento por ello.

Constantine recibe una noticia extraña: están muriendo adinerados de formas “originales” y todos llevan unas alas angelicales acopladas. John sabe mucho de asuntos infernales y angelicales, pero esto no suena a algo de ninguno de ellos bandos. El mago volverá a su barrio a petición de una antigua amiga para ayudar a solucionar el caso. Y eso abrirá el baúl de malos recuerdos y de su infancia, que como no podía ser de otra forma, no fue demasiado normal-

Tom Taylor es ahora mismo uno de los guionistas que más venden en USA. Aúna calidad en la escritura con tramas interesantes, un buen manejo de los personajes y sobre todo porque nunca es “solo una historia de ficción” siempre hay algo más. Ya sean derechos civiles, una protesta contra el intervencionismo y el neo-colonialismo norteamericano, el guionista nunca tiene solo la idea de entretener.

En este caso vemos los barrios obreros ingleses que sufrieron durante el tacherismo, las diferencias de clases y hasta la obsesión por los privilegios. No solo entre humanos, los seres sobrenaturales también tienen una lucha de clases. Y todo esto está envuelto por una trama detectivesca con los toques de fantasía urbana clásicos del personaje, mala baba, tacos, mucha socarronería y una chulería que en este caso viene de la clase baja rebelándose en la mayoría de casos.

Hellblazer ha sido el escenario de muchísimas tramas que han tenido trasfondo social y político. Taylor no arremete de frente contra nada, cuenta y te muestra la situación, sutil y rodeándolo de acción y humor, dejando sonrisas con un deje de tristeza a veces. Aún con todo, es una historia modélica de demonología, exorcismos y mala leche “constantiniana”. Y de paso para no dejar a nadie contento, John se descubre como bisexual sin hacer una fiesta sin ser una gran revelación, solo le robó el novio a una amiga. Tan normalizado que el que lo vea como un error porque destruye al personaje, es que no ha leído jamás al personaje.

Fuera de toda polémica debería estar el arte de Darick Robertson, un dibujante que se inició con superhéroes, su presentación principal fueron los Nuevos Guerreros tras la salida de Mark Bagley, pero que hace mucho que ya tomó un camino propio y personal. Con la realidad por bandera, con un atisbo de la caricatura y el humor siempre presente, el dibujante deja un estilo limpio en cuanto a líneas, pero sucio en cuanto a lo que representa, es el mejor haciendo que un montón de basura quede estético en una viñeta. Sabe contar todo con dinamismo y sencillez, es capaz de ser espectacular o mostrar mucho en gestos y detalles, y le gusta la realidad. Por algo es el cocreador con Garth Ennis de la serie The Boys que ha originado una serie hiperbrutal, que se queda lejos de lo que hicieron en el papel los autores.

Hellblazer. Ascenso y caída se lee de un tiro, tiene mucho más que una historia de detectives, y hay demonios, asesinatos, magia y sexo, y tiene una cosa muy importante para Taylor, tiene un homenaje a una de sus grandes pasiones, el Liverpool FC, y la importancia de un deporte para la clase obrera que los convierte en comunidad, que nunca deja que caminen solos.

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