¿Acusa Pixar cansancio? Es complicado, más bien imposible, estar siempre a la vanguardia
Hoy en esta columna de opinión que de forma genérica se llama Impresiones de un traidor toca hablar de Pixar y más en concreto de Elemental, su última película. Así que vamos a ello, vamos al elemental fallo de Elemental.
Lo primero es decir que soy admirador y seguidor de esta empresa de animación, de hecho uno de mis libros sobre cultura pop versa precisamente de ellos y su historia. Me encanta la saga de Toy Story, me vuelve loco Up, lloré un montón con Coco… pero es cierto que no todo lo que hacen es estupendo, es imposible que con una lista tan larga de títulos no haya errores y fallos. Es más, creo que ahora mismo están en medio de una crisis creativa y formal, lo mismo que vemos en el estudio de animación de Walt Disney, en Marvel Studios, en Warner Bros (con la excepción de Barbie) y otras tantas majors.
Ya el trailer de Elemental no me entró. Veía un mundo ingenioso y lleno de maravillas, que en parte me recordaba al de Zootrópolis, pero no tanto una trama que enganchara. Pero con todo fui a verla y mis temores se confirmaron. Sí, visualmente es estupenda, de hecho creo que tiene algunos de los momentos más preciosos de la animación de Pixar, la ciudad y su forma de vida me encantó, también algunas partes de la historia (sobretodo el principio) pero según avanza todo te vas dando cuenta que no hay argumento para llenar todos los minutos de la historia.
Una película que cumple pero justo
Sabe a poco y es un sabor bastante descafeinado. Pixar se ha perdido en la forma, que repito es magnífica, por encima del fondo que es lo que logra que una película funcione o no. No es la primera vez que esto sucede, El viaje de Arlo tampoco logra funcionar del todo (aunque el momento de recordar a las familias es precioso), como he dicho antes es imposible que todo lo que se hace tenga el mismo nivel.
Con todo la película es entretenida, da momentos divertidos y otros más emotivos (¡Es Pixar por amor de Dios! Su nivel es el que es), pero ni de lejos está entre la calidad media que nos tiene acostumbrados este estudio. En cierta forma pecó de lo mismo con Luca y que se repita esto es una señal de aviso. Quizá sencillamente es que la empresa que redefinió la animación se ha quedado atascada, y es que ser vanguardista es muy complicado pero más todavía lograr serlo con el paso de los años.
Dicho esto, y que nadie piense otra cosa, tengo fe en Pixar y espero Elio con muchas ganas.
