Se acerca el Salón del cómic de Barcelona.
Hoy voy a ser bastante breve, así que podéis leer sobre el Salón del cómic en lo que termináis de hacer el café.
Hace unos días el Salón del cómic de Barcelona hizo su habitual rueda de prensa de presentación, en esta ocasión con un precioso cartel obra de Jan y con una nueva directiva tras la marcha de Carles Santamaría.
Tras la prueba que fue el Salón del manga, en una edición ya con esta dirección pero sin apenas tiempo de hacer cambio alguno, viene el momento en el que toca demostrar si realmente esta nueva cabecera estará a la altura del desafío.
¿Qué desafío? Muy sencillo, el de intentar sacar al Salón del cómic del atasco en el que lleva varios años. Una etapa que se ha definido por tener cada vez más visitantes, pero también más descontento y una sensación constante de repetición.
En la citada rueda de prensa ya se indicaron algunos cambios como la aparición de una zona infantil, que pretende ser algo más que una guardería, y ciertos puntos referentes a la disposición del evento para hacerla más funcional y cómoda para los asistentes.
Por el momento poco más se sabe, pero al menos ya han empezado a moverse las ruedas para que el Salón del cómic en su edición número 36 no sea un total calco de las de los últimos años. Esto seguramente traerá quejas, pero por desgracia en este tipo de actos siempre las hay y no todas con una razón real por detrás.
Según lo veo yo, todo cambio que se haga será una mejora incluso si no llega a serlo. Y es así por el simple hecho de que ayudará a avanzar a este evento, a salir de ese bucle de gato negro en Matrix en el que estaba estancado.
Solo queda esperar, en un par de meses podremos ver realmente qué hay de nuevo (viejo).
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