El otro día pudimos charlar con Isaac Sánchez. Acaba de publicar su cuarta obra, pero todos lo conocimos como Loulogio en internet.
Unas veces, la personalidad que alguien se forja tras una pantalla define toda su vida. Otras veces, la vida elige la personalidad que forjamos. Podemos decir, que en este caso, Loulogio fue una personalidad distinta de Isaac Sánchez, que tras años dedicándose al mundo de los cómics ha logrado diluir en el tiempo. El acercamiento a él fue espontaneo, como casi todo en un Salón del Cómic de Barcelona. Bastó con una charla amena antes de darle a la grabadora para entender que Loulogio era un personaje ficticio a más no poder e Isaac es una persona transparente. Prácticamente las antípodas.
¿Quién es Isaac Sánchez?
Isaac es una persona que nunca se esperaría estar dando una entrevista a nadie, porque hasta que la vida me cambió por completo por el tema de los espectáculos y empecé a romper un poco las barreras que tenía; yo era una persona muy introspectiva. Isaac es feliz en una cueva.
¿E Isaac se conforma con eso?
Y con una cabra que le trae de vez en cuando paquetes de Amazon. Eso es todo lo que quiere Isaac. Es una persona que solo quiere dibujar y desaparecer, y lo demás, es la vida que me ha tocado vivir.
Y Loulogio ¿Quién es?
Loulogio es el resultado de que un guionista invitado coja un capítulo de mi vida y me lleve a hacer cosas que no vienen a cuento con lo que viene siendo el desarrollo de la serie habitual. La serie iba de unas cosas y vino un guionista y dijo, vamos a experimentar. Algún guionista de mi vida dijo, vamos a probar cosas.
Tras ocho o nueve años en YouTube, ¿Qué te hizo hacer que explotaras tu faceta más artística?
Justo antes de empezar con toda la «Batamanta» y toda la pesca gané un premio justo en el Salón del Cómic de Barcelona, con un cómic que se llamaba El Regreso del Hombre Pez. Gané el Premio Coll y era muy emocionante para mí porque estaba empezando en la industria. Era como mi pistoletazo de salida en la industria como dibujante. Pero me comió la golosura del espectáculo y poco a poco sin darme cuenta dejé de lado lo que realmente amaba hacer.
¿Y habías tenido alguna conversación con alguna editorial?
Estuve a punto de publicar con la editorial Laberinto. de hecho no publiqué con Laberinto porque cerró cuando yo tenía dos comics dibujados para ellos. O sea mi carrera iba para dibujante, pero era muy goloso hacer reír, hacer giras hasta que dejó de ser tan goloso y era un poquito más amargo y dije, voy a volver a ser lo que era.
¿Qué pasó ahí?
Nada, el curso natural de la cabra tira al monte. Seguimos hablando de cabras. Uno es lo que es y además quería intentarlo. el problema de eso es cuando ya eres conocido por cosas y te identifican con algo. Yo me dedico a hacer videos de coña, me dedico a hacer tonterías por ahí y ya te identifican como… es difícil ver más cosas. Entonces, para mi era como romper con una identidad, pero mi verdadera identidad no era esa. En donde yo me identificaba y me sentía yo de verdad era lo que te digo, con mi cabra y mis dibujos. Entonces al principio era un poco complicado, pero es que las tripas me rugían. Me rugían las tripas de ponerme a dibujar.
¿Cómo fue el momento de dejarlo todo y ponerte a dibujar?
Como casi todo en mi vida, fue por una corazonada. O sea, cuando fui youtuber ni siquiera en aquel entonces, ser youtuber era un salto al vacío que no tenía sentido. Ni siquiera se cobraba. La batamanta no tuvo monetización ni había nada pero el corazón me decía tira por aquí. Siempre me he guiado por corazonadas y sentía que era el momento. Bueno, más que sentir que era el momento sentía que los años pasaban y que no quería tener 60 años y no haber intentado hacer lo que amo hacer con todos los miedos y riesgos que ello conlleva, pero es que es una razón de corazón y no responde a nada más.
¿Qué tal fue el recibimiento del público?
Muy bueno. Se entendió perfectamente, o sea, se entendió. Claro, el único problema que había era que tenía que demostrar cosas y la presión de demostrar algo no es bueno para ningún autor ni para ninguna obra. O sea, hacer una obra porque te diviertes, porque quieres y tal está muy bien. Todas tienen un compromiso, en todas demuestras algo. Pero aquí sentía que tenía que demostrar que no era un capricho, que no era un…
¿Un libro de youtuber?
Que no era un producto de marketing, que no era una camiseta. Que amaba lo que hacía. Y sobre todo yo amo mucho al cómic y respeto mucho a los artistas de cómic y al medio, y no quería que ese medio me viera de una forma intrusa o me viera de que yo me aprovecho del medio, yo quería aportar al medio. Y esos eran los miedos principales que tenía, pero salió muy bien salió perfecto, tanto que ahora ya llevo cuatro obras y sigue funcionando.
¿Qué opinas de los libros de los youtubers?
Pues sinceramente estoy a favor. A ver, no me los he leído todos ni la mitad, ni un tercio. Pero no veo malo que un chaval se acerque a la lectura como sea. Igual yo me acerqué a la lectura leyendo libros de recortar Tortugas Ninja. Literariamente no tenían mucho valor, pero ya estamos rompiendo la pared con el papel. Todo lo que sea que el papel, que la lectura llegue a gente. Quién sabe que va a venir después o que el producto sea bueno. A veces juzgamos sin saberlo. Para mi es positivo.
¿Es un acercamiento a la lectura?
Claro de hecho hablando con libreros me encuentro muchas veces que muchos libros que son denostados por ser un producto «marketiniano», gente que se registra online por primera vez para comprar en tal librería un alto porcentaje vuelve a comprar otras cosas. Entonces algo funciona, no todos, pero un porcentaje lo suficientemente importante para que cuente. Para mi está bien.
Me gustaría hablar de tu último cómic. Es muy duro ¿Cómo ha sido el ejercicio de retrospectiva?
En este cómic me he abierto en canal, de hecho, el único miedo que tengo con este cómic es haber sido demasiado honesto. Yo soy un defensor de la honestidad en la creación de historias e incluso tengo tatuado un verso de Celaya, de mancharte en todo lo que haces. Siento que he sido incluso demasiado honesto. Creo que la gente me va a leer desnudo, abierto en canal y cuando lo leas entero vas a ver hasta que punto me he desnudado entero. Me da cierto rubor, pero lo tenía que hacer, de nuevo una corazonada.
En las últimas páginas hablas con tu padre, ¿Cómo ha sido hablar con tu padre así?
Para mi es el momento más duro, no quería dibujarlo pero es catártico. Es catártico y es honesto. Estoy hablando con mi padre y con el lector también. Estoy confesando cosas a través de él, que quiero que sepa el lector, quiero ser honesto con el lector y quiero decirles que soy un tío muy raro y que todo lo que han leído es mentira y verdad al mismo tiempo.
¿Mentira y verdad?
La obra gira en torno a una canción que se llama la Mentira Piadosa y me parecía muy interesante que los recuerdos son todo mentiras piadosas que son cada uno, tiene los recuerdos amoldados a lo que a él le conviene y que mayor mentira piadosa hay que hacer una historia sobre tu vida. Vas a mentir, vas a moldear y en verdad lo estás viviendo, y por qué los recuerdos que tenemos en la vida real son válidos y los que he creado en la ficción no lo son. Si al final los dos son ficción y por ahí van los tiros.
¿Es tu biografía?
Un poco, pero es más la biografía de un lugar. es la biografía del sitio donde crecí que creo que tiene una magia especial. Es que a mi me obsesionan los lugares. Siempre creo que los sitios tienen identidad, tienen alma, tienen personalidad, tienen vida y muerte. Y quería trasladar lo que yo sentía al pensar en ese sitio pero para ello tenía que contextualizar. Los personajes, las situaciones, tienes que vivir ahí algún tiempo para que luego sintieras lo que no es estar ahí, la ausencia.
De hecho no hay ningún fondo que no sea de ese lugar. Cuando los personajes se mueven de ahí no hay fondo porque quería que fuera solo ese sitio. Ese sitio es mágico, fuera de ahí no hay nada entonces a veces el personaje sale de ahí y el fondo es blanco. Para mi es la biografía de ese sitio.
Para acabar ¿Cómo ves el sector del cómic?
Creo que está repuntando bastante. Siempre hay miedo al cataclismo y al apocalipsis, más en el sector español que es muy inestable y por lo que tengo entendido después de la pandemia ha habido un gran repunte y los libreros están muy contentos. Y yo no puedo estar más contento con lo que vendo, con la situación que tengo… al final es mi experiencia por la que puedo hablar.
Si que es verdad que para cualquier chaval que esté empezando es duro, siempre ha sido muy duro empezar en los cómics en España. Yo fui uno de esos chavales que estaban con carpetas sintiendo rechazo en todas partes. Y, viendo que además, te pones de parte de un editor y dices cómo hago para aunque me guste se venda ¿Quién la va a comprar? ¿Por qué la van a comprar?. Es muy complicado. Pero sin embargo creo que hay oportunidades, pocas, muy pocas, ojalá hubiera más, pero aun no es apocalíptico.
Isaac Sánchez, que no Loulogio, ha abierto su corazón y su persona, como él ha dicho en canal. En su nuevo cómic Baños Pleamar en la editorial Dolmen que ya podéis comprar y disfrutar, e igual, viajaréis con él a la costa de Badalona.