Una reina que maniobra entre dos de los mayores estados del medievo, como reina y como hija de rey. Conspiraciones de palacio y votos de obediencia y matrimonio que se rompen por amor y odio. Intrigas políticas, traiciones y reinos que cambiaron de manos. Todo esto contado en viñetas de la mano de Gloris y Jaime Calderón en ‘Isabel, la loba de Francia’.
Poco conocido por aquellos que no son muy aficionados a la historia es que Inglaterra fue vasalla de Francia, la posterior guerra de los 100 años es más conocida, Juana de Arco la hace más “mediática”. Dentro de ese marco Isabel hija del rey de Francia. Felipe IV, y casada con el rey de Inglaterra, Eduardo II, vive una vida insatisfactoria donde su hijo es lo más importante. Las infamias a las que su marido la somete no medran en un espíritu virtuoso. Pero no por ello menos vengativo. Estas relaciones sellarán el destino de Francia e Inglaterra.
Gloris acomete una hercúlea tarea contando un tramo poco conocido de la historia de Francia. Y cumple en toda su tarea de transcriptor de la historia. Los personajes principales de estas conspiraciones resultan poderosos y a la vez entendibles dentro de sus tragedias, los secundarios están algo más desdibujados, pero su importancia relativa perdona esa poca profundidad. El relato de Isabel es más poderoso que sus secundarios y así lo plantea el francés. Consigue contar la historia casi sin textos de apoyo, tan típicos en el cómic histórico europeo y que a día de hoy se empieza a usar menos, y eso hace la lectura más rápida y amena. Pero en ningún momento abandona el rigor de la historia, y el compás del drama se desarrolla a la par de los grandes acontecimientos. Es el español Jaime Calderón el encargado de ilustrar esta serie. Y demuestra una sobresaliente capacidad para las expresiones, quizás se le exige menos en terrenos de acción o dinámicos, y eso lo lleva a esforzarse en todas las escenas de diálogos que dominan las corruptelas de esta historia.
Arte impecable con una buena ambientación, pero la verdad es que no atrapa por lo lejano del tratamiento, si bien se lee con placer, no deja más poso que el historio. El conocimiento de una época de la historia y de su interpretación por parte de los autores más que de una obra propia. El cómic europeo es tal vez el más reputado en cuanto a exactitud en sus trabajos. Y en mi sincera opinión, por correr en pos de la corrección se pierde fuerza en el drama y la historia. Ocurre más en el segundo tomo, que debería ser más potente por cerrar las tramas y ser el desenlace de toda historia, pero contemplamos el hermoso tapiz de la historia con menos implicación de la esperada, se aleja del drama y entra en la explicación. Y no es culpa de la narración, que se hace casi sin textos explicativos que podrían entorpecer y ralentizar el desarrollo. Es tan histórico que se olvida de su parte ficticia, de su idea de ser una interpretación, y se pierde en una lección sobre la vida adulta de Isabel, la loba de Francia.
Es una colección muy recomendable para los amantes del cómic europeo y de la historia en general. En el caso de los amantes del cómic en su versión más abierta puede resultar un poco endeble en el final de la historia, pero aun así sigue disfrutándose. Sobre todo por el gran trabajo de Jaime Calderón. Si el lector quiere conocer como comenzó la guerra de los 100 años y descubrir a una de las grandes reinas menos conocidas de la historia, acercarse a esta colección en dos tomos de Yermo es una gran oportunidad.