Ya han pasado 10 años desde que llegó a cines la primera película de John Wick iniciando una de las mejores sagas de acción de la actualidad.
Hace 10 años, el 24 de octubre de 2014, las salas de cine fueron testigo del nacimiento de uno de los héroes más grandes del cine de acción moderno: John Wick. En una época en la que el género parecía perder frescura y Keanu Reeves estaba en las sombras… Un perro, un coche clásico, y una historia de venganza nos hicieron recuperar la fe en el buen cine de peleas.
Pero no fue solo una película; fue el comienzo de una de las mejores sagas de acción de la última década. Sí, John Wick no solo llegó a nuestras vidas, sino que golpeó tan fuerte que dejó al cine de acción con ganas de más… Mucho más.
Un héroe renacido: La fórmula del éxito.
La trama de la primera entrega, en apariencia sencilla, logró captar la emoción del público. John Wick está de luto por la muerte de su esposa, Helen. Pero justo cuando uno pensaría que la vida ya no podría ser más cruel, unos gánsteres rusos no solo roban su querido Mustang Boss 429, sino que también matan al adorable cachorro de beagle que su esposa le había dejado para consolarlo. Un error fatal. Con un presupuesto modesto de entre 20 y 30 millones de dólares, la película logró recaudar unos impresionantes 86 millones, gracias a esa mezcla de furia silenciosa y coreografías de combate impecables que Chad Stahelski supo plasmar en la pantalla.
Después de éxitos como Matrix, la carrera de Keanu Reeves estaba llena de altibajos. Pero entonces, llegó John Wick y lo cambió todo. El actor no solo volvió a lo grande, sino que lo hizo con un personaje que le calzó a la perfección. John Wick no es solo un asesino a sueldo; es un hombre lleno de una mezcla de dolor, amor perdido y un enfoque casi poético para el combate. Nadie, absolutamente nadie, podría haberlo interpretado como lo hizo Keanu Reeves, quien ya no solo es Neo o Ted, sino también el asesino de los asesinos, el hombre al que ni los mafiosos rusos se atreven a mirar mal.
Chad Stahelski, por su parte, también experimentó un renacimiento personal.
Hasta ese momento, era conocido por ser doble de acción. ¿Cómo pasó de arriesgarse físicamente por otros actores a dirigir una de las mejores sagas de acción de la actualidad? Quizás es porque nadie mejor que un doble de acción para entender lo que una buena pelea debe transmitir. Y así, Stahelski se ganó un nombre propio, colocándose en la lista de los mejores directores de acción de Hollywood.
John Wick no solo es una franquicia, es toda una inspiración. Películas como Tyler Rake (2020), Atómica (2017) y Nadie (2021) han bebido de esa misma fuente: coreografías detalladas, violencia estilizada, y personajes solitarios con un pasado oscuro. Todos estos films intentan capturar algo de la magia que John Wick trajo a la pantalla, pero la verdad es que hay algo único en el ritmo y la estética que Stahelski y Reeves lograron, con un toque de misterio y, por supuesto, una implacable furia justificada.
Han creado un submundo criminal único con sus propias reglas.
Uno de los elementos que hizo tan distintiva a la saga de John Wick es el submundo criminal que se desarrolló en torno a la figura de su protagonista. Desde el primer momento, los creadores construyeron un universo completo con normas claras, códigos de honor y, lo más fascinante de todo, lugares como el Continental.
El Continental es un hotel de lujo en Nueva York, pero no es un hotel cualquiera: es un refugio para los asesinos de élite de todo el mundo, donde las reglas son tan sagradas que ni siquiera el hombre más peligroso se atrevería a romperlas. Este establecimiento es un terreno neutral donde todos los «negocios» criminales están estrictamente prohibidos. Aquí, los asesinos toman café, negocian contratos y encuentran consuelo en una atmósfera donde no se les persigue, siempre y cuando respeten las reglas.
Esta estructura de reglas claras y rituales le da a la franquicia un aire de sofisticación y misticismo que otros filmes de acción no tienen. Los asesinos usan monedas de oro como método de pago para asegurar servicios especiales; estas monedas no solo representan valor monetario, sino respeto y adhesión al código del submundo. Esta moneda exclusiva y el propio Continental hacen que el universo de John Wick sea fascinante y diferente: es un mundo criminal en el que hay honor entre asesinos, y las reglas están para respetarse.