Ultrón, uno de los villanos más poderosos, más implacables, más peligrosos, y más clásicos de ‘Los Vengadores’, retorna de un viaje en el que su mente se ha liberado. ¿Qué ha descubierto? Vuelve Ultrón, y su cólera es infinita.
Aprovechando el tirón de la película Vengadores: La era de ultrón, Panini publicaba esta novela gráfica de Remender y Opeña, la siguiente evolución del villano robótico enemigo de la humanidad. Ha vuelto a destruir a la humanidad, porque es lo que su padre siempre quiso hacer.
Ultrón es un villano con mucha historia, le dedicamos un “breve” articulo no hace mucho, y siempre que reaparece se plantea la duda de si algo habrá cambiado. Las historias sobre este personaje siempre suelen envolver a los mismo personajes y temas, el miedo a la tecnología, la humanidad y el alma sin ser humano, y la familia robótica del villano. Rick Remender da un pequeña vuelta de tuerca y deja una huella en la historia de Ultrón, y eso cuesta mucho.
No es una historia de Los Vengadores a pesar de su gran implicación, es una historia de familia. Una familia disfuncional de narices, si, pero padres e hijos después de todo. Hank Pym, Ultrón y La Visión componen una extraña mirada a la descendencia, un hombre que construyo un hijo al que lleno de sus esperanzas, de lo que creía que era lo mejor de él, y al final heredó su odio y su furia a todo lo oscuro que hay en los hombres. Y el hijo se convierte en lo que el padre teme, una creación pura, con todo lo que él no ha expresado jamas, su odio y desesperación se vuelcan en Ultrón, y este odia a su padre, o lo ama, y por eso quiere concederle la visión de lo que el esconde. Pero el hijo también decide ser padre, y este escalón es donde todo queda atrás, el odio es intercambiado por la duda, La Visión pregunta muchas veces que es ser humano, tener alma, y muchos le dicen que él lo es, pero entonces ¿por qué su padre es un monstruo?
Remender cuenta la historia con un elemento muy improtante, la voz interior de Pym, que marca el desarrollo y toda la fuerza del pensamiento, no solo el suyo, también el de Ultrón. Y así construye una historia moral sobre padres e hijos, amor incondicional y odio sin limites. La Cólera de Ultrón es una historia llena de acción, si, pero esconde una simple trama: ¿Es Ultrón el hijo de Pym?, ¿es su sombra y La Visión, lejos de Pym el verdadero hijo del científico? Remender construye una historia que esta llena de batallas, interiores y exteriores entre estos tres personajes, familia, muy a su pesar, y reconstruye la relación entre ellos, y con todo el mundo Marvel. Un gran cambio que merece un aplauso para el autor, pero que no da respuestas ni realmente encamina a poco mas que a una nueva versión de Ultrón, la desaparición de un vengador, y las dudas de siempre en La Visión. Como siempre ocurre, el cambio en la Casa de las Ideas es gradual o de golpe, y a Remender no le han permitido el salto enorme, y ha decidido dar un pequeño que ya completará, porque esta novela gráfica no será la última palabra del escritor sobre estos personajes, menos cuando La Visión es uno de los protagonistas de ‘Imposibles Vengadores’ la actual serie de Remender.
Una obra en la que las ganas y el poder de lo contado no sería ni la mitad de impresionante sin Jerome Opeña, el filipino ha acompañado a Remender ya en varios titulos, y la compenetración se nota. Grandiosas las batallas y los planos generales del autor, esa cara de Ultrón “siendo” Titán, es maravillosa. No se separa de la forma tradicional en las estructuras de pagina, no improvisa y dibuja exactamente lo necesario, un espectáculo de grandes poderes en conflicto, físicos, pero que aunan ese carácter de pelea mano a mano y el dialéctico, para convertirse en un combate mental de ideas y sentimientos. Clásico, enérgico, poderoso, así es la Cólera de Ultrón, y el arte de Opeña.
En conclusión, una obra independiente de la serie de los Vengadores pero relacionada con ellos, que complementa la historia de este villano que es Ultrón, que cambia al mismo a la vez que a su “padre”, Hank Pym y que los replantea juntos, y un poquito, al que menos la verdad sea dicha, a La Visión. Un disfrute de dibujo con una buena historia, que profundiza en las relaciones y en nuestro miedo a la tecnología y su uso para crear “vida”. Un añadido correctisimo a la ya extensa carrera de Remender.