CBS estrenó a finales de junio ‘Under the dome’ (‘La cúpula’) y en tan solo dos semanas ya se convirtió en todo un fenómeno. De hecho, el capítulo piloto ha sido el estreno de verano más visto desde el año 2000 (13 millones de espectadores). Era de esperar, si mezclas Stephen King con Steven Spielberg algo bueno tiene que salir. Cumplir con unas altas expectativas no siempre es fácil y superarlas todavía menos, pero ‘Under the dome’ lo ha conseguido, vaya que sí.
No tengo reparos en reconocer que es el mejor piloto veraniego que he visto en un tiempo. Con ritmo, pero sin prisas, presenta lo justo de cada personaje, cambiando de uno a otro y dejándonos ver solo lo que necesitamos, justo para hacerte una idea de quién es quién y dejándote con ganas de más. Jugar con el no saber es de agradecer, está bien que de vez en cuando confíen en nosotros y nos vayan dejando sacar nuestras propias conclusiones.
La ficción está basada en la novela homónima de Stephen King y nos muestra lo que ocurre en Chester’s Mill, un pequeño pueblo que se ve misteriosa e inexplicablemente atrapado bajo una cúpula invisible e impenetrable, lo que deja a la localidad completamente aislada de todo lo que queda fuera. Sin electricidad, sin cobertura, nadie, ni dentro ni fuera de la cúpula, parece saber qué es ni qué está pasando. Los lectores ya andan algo enfadados porque la serie se aleja de la novela. Supongo que el ser lector arruinará parte de la magia de la serie, que se basa sobre todo en el misterio y en el no saber.
Visualmente la “caída” de la cúpula sobre el pueblo es una auténtica maravilla, había leído sobre esa escena antes de verla, pero no deja de impresionar. Al caer la cúpula, como si tuviera una gran cuchilla en la base, parte todo lo que encuentra por el camino, corte limpio y perfecto.
El piloto me ha convencido, no deja de ser un serie palomitera y con personajes muy estereotipados (el alcalde, el ‘sheriff’), pero comienza fuerte y con mucho suspense, así que esperemos que no baje el nivel.
