Desde hace mucho tiempo, los comics se han convertido en una propuesta de ocio ideal para personas de todas las edades. Vinculados tradicionalmente a los adolescentes y jóvenes, lo cierto es que personas de todas las edades leen hoy comics y disfrutan de las aventuras de sus superhéroes favoritos.
Esta legión de seguidores ha convertido a estos personajes en objetos de deseo a los que deseamos ver en todo tipo de situaciones. Entre ellas se encuentra el merchandising vinculado a estas sagas, o bien las tragaperras a las que podemos jugar en cualquier casino bono sin deposito, inspiradas por Batman, los Avengers y otros muchos personajes.
Sin embargo, no cabe duda de que la mayor vinculación la encontramos entre el mundo del cine y el de los comics. No son pocos los casos en los que estos personajes se han convertido en héroes de carne y hueso y viven sus aventuras con todo el frenesí que ahora nos trae la gran pantalla. Esta es la historia de esa evolución.
Los primeros pasos del cómic de superhéroes a la pantalla
Aunque son muchos los que apuntan en diferentes direcciones, existe un cierto consenso en que la primera adaptación de este tipo se sitúa con la película de La Marca del Zorro de Fred Niblo, nada menos que año 1920. Posteriormente, llegarían las siguientes películas del universo Marvel, las primeras en lanzarse:
- Capitán Marvel de 1941
- Batman de 1943 o
- Capitán América de 1944
- Superman de 1948.
También destacable es la famosa adaptación de Batman al género televisivo, protagonizada por Adam West. Esta supuso una doble novedad: por su aproximación diferente, con un carácter más cómico que tradicional, y las circunstancias propias de la sociedad americana, inmersa en plena Guerra Fría y necesitada de héroes.
No obstante, ya que hemos mencionado a Superman, lo cierto es que no son pocos quienes establecen el nacimiento del superhéroe moderno, precisamente en la película de este mismo personaje interpretado por Christopher Reeve por 1978. Una obra rodada con pocos recursos y que, sin embargo, supuso una obra maestra en cuanto a su construcción.
Todo ello sin olvidar que su temática encaja perfectamente en ese contexto histórico, que precisamente genera la vinculación del país con sus grandes héroes.
El auge
Tras esta primera producción no fueron pocas las que fueron ampliando la presencia de los grandes personajes del mundo del cómic dentro de la gran pantalla. El primer ejemplo lo tenemos en la versión de Batman de Tim Burton, rodada en 1978 y que en ciertos planos se ve influida incluso por nada menos que Metrópolis, de Fritz Lang y rodada en 1927.
En este tiempo, el auge de Batman sepultaba en parte a un Superman que se veía encerrado en secuelas de películas de serie B cuya factura no era precisamente la mejor.
Este hecho venía a demostrar que para que las adaptaciones del cómic al mundo del cine triunfasen, no solamente es necesario que estas tuvieran a un personaje potente detrás, sino que también la factura debe ser de calidad. Como prueba, el Batman de Tim Burton, con Jack Nicholson haciendo uno de sus mejores papeles como el Joker, recaudó más de 400 millones de dólares en todo el mundo en la época actualizados, con una facturación cercana a los 1.200 millones actuales.