El personaje de Aragorn es uno de los más importantes de El Señor de los Anillos, pero… ¿Qué hizo después de la derrota de Sauron? Esta es su historia.
Después de los eventos cruciales narrados en El Señor de los Anillos, Aragorn, quien había sido conocido como Trancos o Thorongil, se convirtió en el Rey Elessar, gobernando sobre los reinos unificados de Arnor y Gondor. Este período marcó una época de reconstrucción, consolidación y paz en la Tierra Media bajo su sabio liderazgo.
Tras la derrota de Sauron y la destrucción del Anillo Único, Aragorn lideró a los ejércitos de los hombres en la Batalla de Morannon, donde la victoria final fue asegurada. Después de esta hazaña, condujo a su ejército hacia la capital de Gondor, Minas Tirith, donde fue recibido con gran aclamación y reconocimiento por parte de Faramir, el senescal.
Un gran rey para la época de paz.
En una conmovedora escena en la puerta de la ciudad, Aragorn rechazó la renuncia de Faramir y lo confirmó como senescal, proclamando que Faramir y sus descendientes ocuparían ese cargo mientras durara el linaje de los descendientes de Aragorn. La multitud, unánime, lo aclamó como su rey, aceptándolo como el monarca legítimo, convirtiéndose así en el Rey Elessar y ganándose los corazones de los ciudadanos de Gondor.
Además, otorgó a Faramir el título de Príncipe de Ithilien y Señor de Emyn Arnen, honrándolo por su servicio y lealtad. También, junto con Gandalf, visitó las laderas del Mindolluin, donde encontraron un retoño del Árbol Blanco de Númenor. Este retoño fue plantado en la plaza del Manantial en Minas Tirith, simbolizando la renovación y la esperanza para el reino.
Aragorn se casó con Arwen, hija de Elrond, en el solsticio de verano del año 2019 de la Tercera Edad. Esta unión simbolizaba la conexión entre las razas de hombres y elfos, uniendo dos líneas reales y fortaleciendo los lazos entre Gondor y Rivendel.
Durante su reinado, se enfrentó a numerosos desafíos.
A pesar de la derrota de Sauron, hubo resistencia y hostilidad en algunas regiones de la Tierra Media. Aragorn trabajó diligentemente para asegurar la estabilidad en estas áreas, manteniendo la paz a través de alianzas renovadas con Rohan y otros reinos.
Restauró la Torre de Orthanc en Isengard, descubriendo tesoros antiguos como el Endilmir, la joya que una vez llevaba Elendil, el fundador de Gondor. También restableció el Gran Consejo de Gondor, con Faramir como su principal consejero, y renovó juramentos de alianza con Eomer de Rohan para mantener la paz y la cooperación entre sus reinos.
Además, Aragorn visitó la Comarca, declarándola una Tierra Libre bajo su protección en un gesto de agradecimiento hacia los hobbits por su contribución durante la Guerra del Anillo. Fundó la Casa Real de Telcontar, adoptando este nombre para su linaje como un homenaje a su apodo de «Trancos».
A medida que avanzaba en su reinado, Aragorn realizó visitas significativas, manteniendo una conexión con los diversos pueblos y lugares de la Tierra Media. Mostró interés en los registros históricos, solicitando una copia del Libro Rojo de Bilbo y Frodo para preservar las historias y enseñanzas de la guerra y la paz.
Sin embargo, a pesar de su sabiduría y sus esfuerzos, los desafíos persistieron. Aragorn y Arwen envejecieron, y eventualmente, Aragorn sintió el llamado de la vejez y se preparó para su final. Tuvo un emotivo momento de despedida con Arwen, reconociendo su destino como el último rey de los antiguos linajes.
El final del rey.
Aragorn falleció el 1 de marzo del año 120 de la Cuarta Edad, a la edad de 210 años, habiendo gobernado el reino unificado de Gondor y Arnor durante 122 años. Fue colocado en su lugar de descanso final junto a Merry y Pippin, y su hijo, El Darión, sucedió a su padre como el segundo rey del reino unificado.
Arwen, abrumada por la tristeza y el peso del pasado, se retiró a Lorien y luego a Cerin Amroth, donde finalmente cerró los ojos y partió de este mundo, poniendo fin a una era legendaria en la historia de la Tierra Media. A pesar de su partida, el legado y la memoria de Aragorn perduraron a través de las generaciones, dejando un impacto en la Tierra Media más allá de los eventos de El Señor de los Anillos de J. R. R. Tolkien.
