La primera profecía es un ejemplo perfecto de que a veces, si algo no está estropeado, no hay que cambiarlo.
Hablamos de que esta película pertenece al mismo universo que la película de La Profecía (1976). Esta ha sido considerada como una de las mejores películas de terror de la historia. Y cosechó varios premios cuando se estrenó, y varias nominaciones, entre ellas a los Óscar y a los BAFTA. Pero mejor no hablar de las secuelas que hicieron que se perdiera la gracia y la esencia. Por eso, La primera profecía no nos cuenta nada de lo que pasa después, ni siquiera reinventa el concepto. Para eso tenemos el remake de 2006. Al contrario, nos cuenta algo que pasó antes, el origen de esta película que sembró el terror en los 70.
Con escenas largas y explicativas, intercaladas por otras más rápidas e intensas, esta película podría darte la sensación de una pesadilla febril. Se mantiene la tensión desde el minuto uno, y no cambia en las 2 horas que dura la cinta.
Pero, ¿de que trata?
Un sacerdote visita a otro, y confiesa que hay un grupo de religiosos que han estado jugando con fuerzas sobrenaturales. Hay una crisis de fe y pretenden hacer que esta sea recobrada. Al parecer, hay una generación entera que no va a la iglesia ni temen a Dios. Por eso deciden que hay que remediarlo.
Pero no lo confiesa por arrepentimiento. Lo hace porque sabe que es probable que su hora se acerque y necesita que se sepa.
Es entonces cuando, a miles de kilómetros de allí, una joven novicia llega a Roma. Allí puede verse que hay varias protestas de jóvenes que parecen no tener respeto hacia ninguna autoridad, ni policial ni religiosa, ya que les vemos molestándola en el coche donde ella viaja hacia su nuevo convento.
La joven se llama Margaret Daino. Es una devota que lo único que busca en Roma es ayudar a niñas huérfanas y por fin hacer los votos que entregarán su vida a Dios. Está entregada a la causa, es buena, noble, pero algo rebelde, en el sentido en que no acepta todo sin preguntarse si hay un porqué. Allí en el orfanato, conoce a una niña de 14 años llamada Carlita, que está aislada del resto. Y surge entre ellas una conexión especial. Carlita es una niña rebelde, es violenta y tal y como la describen las monjas, está enferma mentalmente.
Pero Margaret sabe que esa no es toda la verdad. Por eso decide hacer todo lo posible por averiguar que es lo que le ocurre a la niña, ya que siente un gran deseo de ayudarla. Consigue que confíe en ella, y le cuenta que oye voces y ve cosas que nadie más puede ver u oír. Margaret, que tuvo ese mismo problema, decide ser su confidente.
Por eso, cuando un misterioso sacerdote se acerca a hablar con ella para decirle que en el convento pasan cosas que Dios no aprobaría, Margaret deberá decidir si merece la pena arriesgarlo todo por un cura que fue excomulgado o si permanece en un convento en el que será cómplice de cualquier plan maquiavélico que esté siendo llevando a cabo.
Porque no es solo lo que puede ver u oír ella sola, sino lo que hay bajo una capa de inocente ayuda de esa congregación, que oculta más cosas de las que muestra.
Con escenas gore y muchos momento en los que desearías haberte llevado el rosario al cine, La primera profecía no dejará indiferente a nadie. No apta para aprensivos (esta es recomendación mía).