Drácula se enfrenta a otro de los monstruos más clásicos de la ficción, el Hombre Lobo. ¡Y solo uno puede vencer!
Cuando el Comics Code relajó sus reglas, las editoriales aumentaron las apuestas. Y Marvel trajo de vuelta a Drácula, el Hombre Lobo, Frankenstein y todos los monstruos más clásicos. Recibieron sus series y sus aventuras, y era solo cuestión de tiempo que acabaran chocando. EL elegante príncipe vampiro se las ve con el brutal y salvaje hombre bestia.
Drácula, perseguido, amenazado por los herederos de Van Helsing vuelve a su hogar para fortalecerse, pero incluso en su querida Transilvania, donde su poder es mayor, no se libra de amenazas. EL villano cruza su camino con el de un hombre maldito que busca una cura para un embrujo que atenaza a su familia, la maldición del Hombre Lobo Jack Russell no sabe a qué se enfrenta, pero sí que en el castillo Drácula hay una posible cura.
Si el enfrentamiento entre los monstruos es en sí el plato fuerte de esta tercera entrega, el resto no desmerece. Los especiales, los GIant Size, llenaban de alternativas las series, y el cruce con el Hombre Lobo potenciaba el poder de las series de terror, pero no hay un gran personaje sin un villano a la altura, y el Doctor Sol sería uno de ellos. Científico loco, prodigio de la ciencia y amenaza sin control, así aparecía el Doctor Sol, con la luz que destruye al vampiro como nombre, y con las mismas intenciones.
Marv Wolfman sabía que las cacerías y las peleas contra Drake, Van Helsing, Blade y compañía eran platos fuertes en la serie, pero necesitaba ampliar el mundo de Drácula. Más enemigos, planes futuros y un desarrollo para todos los personajes, y recogiendo un poco de lo sembrado se puso manos a ello. De ahí el Doctor Sol, todo lo contrario a Drácula, ciencia en lugar de mística, y la división de la serie entre el mismo Drácula y sus perseguidores, para crear un mundo más amplio que únicamente las peleas de vampiro – cazador.
Y por si la épica de las batallas del Señor de los Vampiros fuera poco, Gene Colan y Tom Palmer no iban a dejar a nadie indiferente. UN arte notable, de sombras, tinieblas, de negros poderosos y contrastes exagerados. Personajes carismáticos y con un poder seductor enorme. Colan es el dibujante más conocido de Drácula, y si es por algo, es por esta serie, donde no deja nada en el tintero y da lo mejor.
Continúa la recopilación de Panini de la obra más clásica del vampiro más conocido. Y el ritmo no baja nunca, porque si algo hicieron Wolfman y Colan, es mantener la tensión en todo momento. Y cumplen de sobra en esta obra maestra del cómic americano.