La serie que inspiró más de treinta años después parte de la serie de Disney + WandaVision. En un coqueto pueblo de Nueva Jersey, La Visión y La Bruja Escarlata pretenden llevar una vida tranquila y familiar… mientras les dejen.
A finales de 1985 llegó a los quioscos americanos una serie limitada de La Visión y La Bruja Escarlata que contaría con doce entregas, la primera y la última de mayor extensión. Panini Comics edita, en un tomo de tapa dura, una colección que solo había contado con la edición en grapa de Comics Forum y de eso hace ya más de treinta años.
Leonia, Nueva Jersey, mucho antes de Westview
Allá por mediados de los 80 del siglo pasado, Roger Stern perpetró una larga aventura, en la colección de Los Vengadores, en la que La Visión terminó ejerciendo como villano antes de liberarse del cristal de control ubicado en su cabeza y que le había vuelto «sensible» a la influencia de I.S.A.A.C., la computadora que controlaba Titán, la luna de Saturno donde habitaba una escisión de Los Eternos, con Mentor, Starfox y Thanos como mayores referentes de aquella sociedad. Por aquel entonces La Visión ostentaba el cargo de presidente de la rama de la Costa Este de Los Vengadores (fue el creador/ideólogo de sus homólogos de la Costa Oeste bajo el liderazgo de Ojo de Halcón) y dimitió para que sus actos no afectasen al devenir de Los Héroes más Poderosos de la Tierra.
Así es como nos encontramos a La Visión y a La Bruja Escarlata al inicio de la maxiserie, con el sintozoide siendo objeto de una investigación por parte de los agentes de enlace gubernamentales Henry Peter Gyrich y Raymond Sikorski. Terminada abruptamente van a plantearse el reinicio de sus vidas “fuera” de Los Vengadores en la apacible Leonia, Nueva Jersey, una idílica población que existe realmente en EEUU, donde un sinfín de vecinos va a ver cambiar sus vidas con la llegada de estas dos celebridades. Desde un cruce temprano con la colección de Los Vengadores Costa Oeste a invitados como Mercurio, Crystal, Powerman o Spiderman y con su traje negro, la trama va a girar en poner en alto valor la relación entre La Visión y Wanda, explorando tanto la magia de ella como la mayor humanidad de la que hace gala el sintozoide favorito de todos. Y los villanos es mejor que los experimentéis por vosotros mismos pero la alineación es de categoría.
Lo que hay debajo del traje verde y la capa amarilla
La Visión se ha caracterizado por sufrir desde su creación un proceso que lo fue llevando desde la frialdad de un origen robótico y una mente fría a convertirse en un hombre atrapado en un cuerpo artificial. Gran parte del último paso lo sufrió precisamente en estas páginas, cuando asumió plenamente que debía abrazar su parte más humana, las pautas cerebrales que dieron “alma” a sus miembros sintéticos. Esa mente proviene de Simon Williams, el Hombre Maravilla, por lo que ahora surge un lazo entre ambos que les lleva a hermanarse y sentirse parte de una misma familia.
Siempre hemos visto a La Visión con la misma apariencia, sin reparar entre lo que forma parte de su cuerpo y lo que es la ropa que lo recubre. Ahora vamos a experimentar que la totalidad de su cuerpo está recubierto de una “piel” de color rojo, va a cambiar su vestuario por uno más adecuado al de un vecino corriente de una zona residencial, con sus camisetas de cuello redondo y unos vaqueros, con un esmoquin para asistir a una gala o en bata de andar por casa mientras termina de desembalar las cajas de la mudanza. E incluso empleando una voz alejada del sintetizador mecánico, más humano que nunca.
Tengo de vecina a una Bruja de buenas intenciones
Wanda (Bruja Escarlata) también experimenta cambios, no solo los que van a provocar que termine siendo madre de esos gemelos tan “peculiares” que son Tommy y Billy. A lo largo de los episodios que se van sucediendo cobrará mucho protagonismo su magia y las relaciones que mantiene con personajes como Agatha Harkness o el Doctor Extraño. Es ciertamente interesante ver como su traje de combate sufre las modificaciones propias de la moda premamá porque Wanda, como Visión, no dejan su oficio como superhéroes aunque ahora hayan encontrado un retiro que podían considerar un remanso de paz y tranquilidad.
La Bruja Escarlata se muestra como una mujer plena, rodeada de todo aquello que alguna vez soñó con tener. Una familia unida aunque eso no conlleve precisamente la felicidad de todos sus miembros, un esposo fiel, cariñoso y entregado y la proximidad de completar su nido de amor con el nacimiento de su descendencia. Hasta Magneto se une a la fiesta para asegurar que la llegada de sus nietos pueda desarrollarse sin más sobresaltos que los propios de un parto de una superheroína. Ya era el abuelo de Luna aunque nunca le hemos visto cambiar pañales.
Los mimbres de este cesto son sólidos
Steve Englehart fue el elegido para los guiones de esta serie igual que también se hacía cargo de Los Vengadores Costa Oeste. No puede presumir de haber creado a ninguno de los dos personajes pues ese honor recae en Roy Thomas y Stan Lee, pero desde su llegada a Los Vengadores en el número 105 USA de la colección ya supuso un tremendo impacto para ambos pues los convirtió en el centro de gran parte de sus narraciones, hasta el punto de darles un tremendo protagonismo que acabó en boda durante la narración de la conocida como la Saga de la Madonna Celestial, con el mismísimo Inmortus (una de las encarnaciones de Kang el Conquistador, por si no estáis muy duchos en el tema) como oficiante en el Giant-Size The Avengers #4 USA.
Englehart hace un trabajo soberbio e inspirador que ha tenido su reflejo en la serie WandaVision muchos años después. Gran parte del día a día de Westview tiene su reflejo en Leonia, salvando las distancias y la entidad de la historia. Sin embargo el dibujo no tuvo la misma aceptación, sobre todo porque no ha envejecido bien el trazo de Richard Howell, demasiado clásico aunque no carente de encanto y sufriendo mucho con las tintas de Frank Springer en la segunda mitad de la serie limitada. Y tenemos a Al Milgrom en el crossover con Los Vengadores Costa Oeste, para que añadir más. Aun así podemos hablar de corrección en el apartado gráfico.
La Visión y La Bruja Escarlata nos ofrece un punto de vista diferente, alejado de las grandes urbes y de los acontecimientos que reúnen a los héroes más populares. Es una historia que habla de la familia, de encontrarla, de disfrutarla, de sufrir con sus penas, de gozar de las alegrías, aunque siempre haya alguno que muestre su descontento por cualquier motivo, sea grande o pequeño. Un retrato social de un intento por vivir alejados de un ruido que parece no dejar de aporrear en la ventana, porque qué sería de los superhéroes sin sus batallas a puñetazos o lanzando hechizos de magia del caos. No muchos años después llegaría John Byrne a deshacer tanta felicidad, pero esa es otra historia.