Aquí os presentamos el top ten de las bandas sonoras para el cine. Aglutinar toda la sabiduría de compositores y obras en diez partituras es, como sabéis, algo verdaderamente complicado. Nuestra apuesta, la siguiente:
1. Cadena perpetua – Thomas Newman (1994)
Composición grandiosa para la mejor partitura de la historia del cine, con una aplicación a la imagen inteligentísima, sutil, pausada, unos tiempos medios perfilados como nunca y el final más hermoso que nunca se ha compuesto.
2. La lista de Schindler – John Williams (1993)
La idea de dibujar una partitura que nos traslade completamente fuera de lo que vemos en pantalla, una de las escenas más dramáticamente compuestas en toda la historia del séptimo arte (la entrada de las mujeres a las duchas del campamento de Auschwitz) y solo el nombre de su compositor hacen de esta obra, sin ninguna duda, de lo más grande que se ha escrito.
3. Con la muerte en los talones – Bernard Herrmann (1959)
La sobrecogedora forma de componer del genial artista convertía todas sus obras en auténticas joyas. Nos encontramos ante, con casi toda seguridad, el mejor tema principal que se ha creado para cualquier partitura de cine.
4. Réquiem por un sueño – Clint Mansell (2000)
Ningún oyente o aficionado al cine que quiera contemplar o escuchar estructuras sencillas y fáciles de asimilar podría permanecer más de dos minutos oyendo esta extraordinaria forma de enloquecer una composición musical. Sin duda, una obra de arte neuróticamente escrita.
5. Psicosis – Bernard Herrmann (1960)
Más allá del famoso golpeteo de las notas de violín chillando en la ducha, una de las estructuras más conocidas del concepto global cinematográfico, Herrmann crea esta obra exquisita, dulcemente intrigante y con una pausa en la narración jamás ya encontrada en otro compositor.
6. El imperio contraataca- John Williams (1980)
La más completa, extraordinaria y grande composición de uno de los más grandes genios de la música actual para la saga de Star Wars. Unas melodías que jamás deberían ignorar los amantes de la música y el cine y que demuestran la habilidad única del artista para componer a través de infinidad de líneas y planos de partitura. Inigualable.
7. Vértigo – Bernard Herrmann (1958)
Puesta en pantalla, tanto de argumento como de composición, a la altura de muy pocas parejas en el cine. Herrmann da vida auténtica a sus notas creando un tema sencillo, fácil y marcado. La narración que se efectúa de la historia es única y, hasta hoy, ocupando el primer peldaño del arte en esta faceta importantísima de la música en el séptimo arte.
8. Ascensor para el cadalso – Miles Davis (1958)
La composición de esta banda sonora en el momento, los músicos tocando e improvisando y su genio líder invitando al arte debidamente meditado en milésimas de segundo demuestra la grandeza de una obra única para el cine. El jazz toma el mando y crea una atmósfera de calidad insuperable.
9. Sentido y sensibilidad – Patrick Doyle (1995)
Un artista con la trayectoria repleta de aciertos y unas notas de corte clásico todas en su justa medida. La obra para ‘’Sentido y sensibilidad’’ guarda un estudio minucioso a la hora de aplicarlo a las imágenes. Esto, junto a la magnífica calidad de su composición, hace de su escucha una delicia como pocas.
10. Tiburón – John Williams (1975)
Sin lugar a dudas, unas estructuras y composiciones grandes al margen de la conocidísima melodía que da pie a la aparición del animal. El mérito que consigue su compositor radica en la sabiduría para crear unos temas principales directos e inolvidables y dotar de un cuerpo exquisito al resto de sus partituras. Excelente.
Por supuesto este es nuestro particular top ten, por lo que te invitamos a que compartas con nosotros a través de los comentarios, qué banda sonora habrías incluido en la lista.
