En el reciente reportaje “Batman Forever” la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) analiza el impacto de los derechos de autor y de marca sobre los personajes de Cómic, y cómo los mismos afectan a la industria del entretenimiento. Estos personajes y sus historias están protegidos por copyright o derechos de autor. Sin embargo, en muchos casos, también están registrados como marcas, por lo que ambas protecciones pueden superponerse.
Por un lado, la necesidad de negociar varios derechos de uso y licencias, sobre distintos personajes, de uno o varios titulares, incrementará el coste de producir nuevas películas y juegos. Esto significa que los personajes serán utilizados menos habitualmente en franquicias, en comparación con aquellos personajes que no están registrados como marca. Sin embargo, por otro lado, su registro como marca puede ayudar a reforzar la imagen del personaje, incrementando el valor del merchandising asociado al mismo, y los beneficios en publicidad.
Según el estudio, la superposición de derechos de propiedad intelectual e industrial sobre los personajes de cómic tiene un efecto desigual: en las películas resulta en un incremento de las franquicias, sin que ello suponga un incremento de los beneficios. Sin embargo, para los videojuegos hay menos franquicias, pero los beneficios aumentan considerablemente. Aunque el coste asociado a los derechos de protección intelectual e industrial puede suponer un porcentaje mayor en la producción de videojuegos, el registro de la marca del personaje incrementa de media su beneficio de ventas un 75%.
La protección otorgada no se limita sin embargo a los personajes. Resulta también curioso cómo el registro de la marca “Superhero” en Estados Unidos ha impedido durante muchos años su uso en todo tipo de sectores. Dicha marca es compartida por Marvel y DC Comics, cuyos abogados se ocupan diligentemente de enviar cartas de aviso a las distintas empresas que pretenden hacer uso de dicha palabra en sus negocios. Sólo recientemente parecen haber adoptado una actitud más permisiva, sin oponerse al uso y/o registro de la marca por distintos pequeños negocios e individuos.
Muchos de los personajes de cómic antiguos, pero aún populares, protegidos por copyright/derechos de autor y por la legislación de marcas, pasarán pronto a dominio público. Algunos de estos personajes seguirán en ese momento registrados como marca, por lo que es previsible que existan conflictos sobre su uso, así como regulaciones contradictorias en distintas jurisdicciones legales.
Otra cuestión que entra en juego son los derechos de imagen de los actores que encarnan a dichos personajes. Por ejemplo, en el videojuego de Marvel´s Avengers los rostros de los personajes debieron cambiarse para que no se parecieran a los actores, lo que lógicamente no resultaba atractivo para los usuarios.
En definitiva, parece necesario, como concluye el estudio de la OMPI, una acción política sobre la superposición de derechos de protección intelectual e industrial centrada en la variedad de contenido, sosteniendo que puede ayudar a una mayor competitividad en los mercados de franquicia.