Las películas se pueden clasificar de varias formas distintas. Por género, por ejemplo, es de lo más habitual con las de acción, animación o ciencia ficción. Pero no es este el único tipo de clasificación, pues existen muchos otros más. Por el tipo de rodaje, en la actualidad brillan aquellas que están grabadas en plano secuencia; mientras que la temática es otro de los elementos que sirven para distinguir hacia dónde se dirigen algunas de las obras del séptimo arte.
En este artículo, repasaremos algunos de los escenarios más habituales e icónicos del séptimo arte. En otras palabras, entraremos a comentar los espacios que, además de ambientar la localización donde sucede toda la historia, se han convertido en un personaje más del relato. Nada es por casualidad y el lugar donde sucede la acción, en la mayoría de las ocasiones, nos habla del contexto, de los personajes y de aquello que ha querido transmitir el director tomando esa decisión.
Ciudades y localizaciones exactas en el séptimo arte
Son muchas las películas que están inspiradas en ciudades reales o tienen el punto de partida en ellas. Dependiendo de la historia, la localización tiene una importancia muy grande para entender aquello que está sucediendo, mientras que, en otros casos, asume un rol de ambientación sin más pretensión. Incluso algunas, como la entrega del Joker protagonizado por Joaquin Phoenix en las escaleras del barrio del Bronx o la Comarca de El Señor de los Anillos en Nueva Zelanda, han creado nuevos enclaves turísticos.
Una de las grandes urbes del séptimo arte, como no podía ser de otra manera, es Nueva York. La ciudad que nunca duerme tiene elementos muy conocidos a nivel internacional como Times Square, la Estatua de la Libertad o Central Park. Y es que hace años que acoge todo tipo de géneros por sus calles repletas de rascacielos por donde han pasado desde el primer King Kong hasta la saga completa de Spiderman llegando a otros títulos conocidos como West Side Story, Taxi Driver, Titanic o Desayuno con diamantes.
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En Europa, la gran localización es París. La capital de Francia, país donde nació el séptimo arte de la mano de los hermanos Lumière, aparece en una cantidad innombrable de obras, que muestran la Torre Eiffel, Notre Dame y otros lugares altamente visitados. Un caso que demuestra lo comentado es Moulin Rouge, que recupera la frenética actividad de uno de los locales más desenfadados del siglo XIX; así como Amélie, donde se captura la magia que recorre las calles de la capital a través de la mirada de su protagonista.
No todo se reduce a dos ciudades. La histórica Roma, por su parte, tiene mucho que decir con rodajes como La Dolce Vita o Gladiator, que además de mostrar imágenes icónicas del lugar, retrata la historia y la sociedad. A su vez, está Londres, donde se grabó Love Actually y parte de la saga Harry Potter; o Los Ángeles, la capital del cine que ha salido en más de mil películas y que ha ambientado aventuras tan diferentes como la de El Show de Truman, La La Land o Interstellar.
Casinos y salones de juego
Actualmente, los salones de juego han dado el salto al campo virtual, donde ofrecen muchas más posibilidades a sus usuarios. Un ejemplo de ello se puede ver en los juegos de ruleta con sus distintas modalidades donde, aparte de encontrar variantes como la europea o la americana, también aparecen las apuestas especiales y los minijuegos en paralelo. Además, esta es una de las múltiples posibilidades de ocio que ofrecen, pues destacan las partidas de cartas o los slots.
Los casinos han tenido un rol importante en muchas obras, donde además de dar contexto, se han llegado a erigir prácticamente como protagonistas. Un caso que ejemplifica lo comentado es la trilogía de Ocean’s, que se inicia en Las Vegas y donde casi toda la acción sucede alrededor de mesas de tapete verde y fichas. También otras como The Pelayos, considerada como una de las mejores obras referentes al juego; o Resacón en Las Vegas, de humor y desenfreno.
No podemos obviar de esta lista la saga de James Bond. Aunque uno de sus filmes tiene como protagonista principal los salones de juego, como es Casino Royale, son muchos los guiños que encontramos a lo largo de la filmografía. Y es que el elegante 007, obra del escritor Ian Fleming, tiene el baccarat como uno de sus pasatiempos favoritos, que acompaña junto con otros clichés como el smoking negro, los coches de la marca Aston Martin o el cóctel Vesper Martini “mezclado, no agitado”.
Naturaleza en estado puro
Si las ciudades y lugares concretos como los salones de juego son un escenario perfecto para desarrollar una historia, algo parecido sucede con los enclaves naturales. Los hay de todo tipo: desde la alta montaña hasta el mar, pasando por el desierto, la selva, los ríos o los glaciares. Seguro que cada uno tiene su película favorita en ese aspecto, pero una de las más aclamadas por la crítica en su momento fue Memorias de África, que, aunque sucede en Kenia, cuenta con diferentes paisajes africanos.
La inmensidad del mar es algo que siempre deja boquiabierto y este sentimiento es aprovechado a la perfección en el séptimo arte para contar historias. Si hablamos de océano, a muchos les vendrá a la mente Titanic, pero su rodaje fue más arte de los efectos especiales que de grabaciones sobre el terreno. Sí que fueron más fieles otras historias como las contadas por Jack Sparrow en Piratas del Caribe, recorriendo las aguas cristalinas tan características de la zona; o Náufrago, en una isla de Fiyi.
Para terminar, la montaña y situaciones adversas suelen ser una perfecta combinación para un buen relato, como sucede en Cara Norte, Vidas de una mujer o la recién estrenada La sociedad de la Nieve. También el desierto, con La momia o Dune como representantes; o la selva, que acompaña a clásicos como Tarzán, El Dorado o Diarios de una motocicleta. Sea cual sea la ambientación, queda demostrado que suele jugar un importante papel dentro de la acción y, en muchas ocasiones, tiene más importancia de lo que algunos pueden imaginar.